Varias personas aguardan en la entrada de la sede de la Seguridad Social | Gemma Andreu

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La cita previa en las administraciones públicas y el teletrabajo son dos de las herramientas que han visto acelerar su implantación como consecuencia de la covid-19. La defensa de la distancia social para evitar el contagio ha impulsado estos sistemas que se extienden a otras áreas como la teleasistencia médica, y parecen haber llegado para quedarse, aunque no siempre benefician a los ciudadanos, especialmente en las edades más avanzadas que están poco familiarizadas con los dispositivos digitales y sus canales de comunicación.

Tampoco su implantación resulta lo ágil que debería en muchos casos provocando las protestas de los afectados. Llamadas telefónicas reiteradas y respondidas por fríos e impersonales contestadores, páginas web que se bloquean con cierta frecuencia y la consabida leyenda del «inténtelo más tarde» que recuerda al célebre «vuelva usted mañana» del funcionariado en épocas pretéritas.

La mayoría de administraciones consultadas por este diario mantienen ahora la cita previa para aquellas personas que deben realizar trámites y gestiones en sus ayuntamientos, Consell, dirección insular de la Administración General del Estado, Seguridad Social o juzgados, entre otras. Casi todos reabrieron sus puertas para atender a la ciudadanía presencialmente el 25 de mayo, a partir del inicio de la segunda fase de la desescalada tras el largo confinamiento, eso sí, previa concertación de la cita por correo electrónico, carpeta ciudadana o a través del teléfono.

Ahora, finalizado el estado de alarma, todos continúan con el mismo procedimiento, es decir, atienden al interesado previa concertación de la visita, con algunas excepciones en los ayuntamientos de los municipios más pequeños donde el trato puede resultar mucho más directo. «Yo aquí recibo a quien viene, pese a que también tengamos la cita previa, lo único que les indicamos es que no haya más de tres personas esperando en el vestíbulo, pero no le digo a nadie que se vaya y pida cita», explica Francesc Ametller, alcalde de Es Mercadal.

En el Consistorio de Maó está previsto que continúe la cita previa de forma indefinida «para mantener y garantizar las medidas sanitarias», indican desde el departamento de comunicación, como sucede en el Consell o en los juzgados. En la institución insular se están introduciendo mejoras para conseguir mayor fluidez en el sistema. En el Ayuntamiento de Es Castell la petición se realiza, por el momento, a través del teléfono. Y en el de Ciutadella, que no incorporó la cita previa hasta el 15 de junio para la mayoría de áreas, salvo la de Consumo a la que se puede acudir sin aviso, «priorizamos la telemática pero hemos informado a los ciudadanos el por qué de este sistema», explica la concejal de atención ciudadana, Carla Gener.

La Dirección Insular de la AGE, por su parte, contempla la excepción de los certificados digitales que sí pueden solicitarse sin previa concertación, pero el resto de trámites sí deben preverse solicitando la cita con anterioridad.

El Ayuntamiento de Alaior, recuerda el regidor Cristóbal Marqués, fue el primero en instaurar la cita previa «y atendimos a ciudadanos de toda la Isla porque éramos los únicos que extendíamos el certificado digital, una herramienta básica para los trámites on line».