Imagen de la entrada a la urbanización que se despliega sobre la colina | Gemma Andreu

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El Ayuntamiento de Alaior desencallará en el próximo pleno uno de los históricos entuertos urbanísticos del municipios. El equipo de gobierno da el primer paso para recepcionar definitivamente la primera fase (la zona ya construida) de la urbanización de Torre-solí Nou que empezó a construirse hace unos cuarenta años. Esta recepción viene siendo reclamada por la Entidad Urbanística Colaboradora de Conservación de Torre-solí Nou desde hace muchísimo tiempo, hasta el punto de abrir la vía judicial contra el Ayuntamiento por haber desestimado su pretensión de que la urbanización fuera recepcionada. Ahora, con el acuerdo alcanzado entre las partes, este recurso contencioso administrativo se retira.

El Ayuntamiento de Alaior asumirá, a partir de la aprobación en pleno del expediente, el mantenimiento de la urbanización, el alumbrado público y la limpieza viaria (además de la recogida de residuos que ya lo está asumiendo) y, por su parte, la entidad de conservación se disuelve.

Además, con el fin de poder lograr la recepción definitiva de la urbanización, el Ayuntamiento solicita a la promotora que ceda el 10 por ciento del aprovechamiento urbanístico de la zona, así como la cesión del alcantarillado, la canalización de agua potable y viales. Este segundo paso debe negociarse, ya que implicará infraestructuras hídricas, aspectos que aún quedan por concretar. Hay que recordar que la depuradora frenaba el crecimiento de la urbanización, no obstante, obtuvo finalmente informe favorable del Govern para avanzar en su aumento del vertido. Este asunto afecta al desarrollo urbanístico del Sector 2.

Este primer paso ha sido posible porque el sector 1 de la urbanización está consolidado. Hay edificado el 75,4 por ciento de la zona en cuestión.

El Ayuntamiento calcula que esta recepción, aún parcial, supondrá un coste inmediato de en torno a los 70.000 euros, solo con asumir alumbrado y mantenimiento. No obstante, además de los gastos que se agregarán posteriormente, su intención es invertir y mejorar la urbanización, tal como lo ha venido haciendo con la anexa zona de Sant Jaume.

El concejal de Urbanismo, Cristóbal Marqués, indica que es un tema «muy complicado e histórico» y lo asemeja a una madeja de la que ahora han sacado uno de los hilos y lo han deshilvanado. Quedan aún muchos otros antes de poder empezar a tejer el futuro de esta urbanización en manos públicas.

Hay que recordar que además del contencioso que decae ahora con el acuerdo, hay otros dos temas judiciales que salpican al Ayuntamiento, aunque indirectamente. «Están en vías de solución», indica Marqués.