La parálisis de la economía ha provocado en tres semanas una pérdida de 335 millones. | Gemma Andreu

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Los primeros 21 días de confinamiento han provocado un impacto económico negativo estimado de 334,8 millones de euros. Es el cálculo que ha hecho público Fundació Impulsa Balears, desde donde estiman que la pérdida de productividad será «en su mayor parte irrecuperable» a lo largo del año dado su calado en un sector clave como el de los servicios, por lo que estiman que la repercusión anual sobre el PIB (Producto Interior Bruto) Anual) será de una pérdida acumulada superior al uno por ciento. Preguntamos al director técnico de la fundación, el economista Antoni Riera, por el caso menorquín.

Impulsa Balears reconoce que no tiene herramientas estadísticas para medir el impacto económico en Menorca donde «obviamente la actividad está igualmente afectada por el estado de alarma». El cese repentino y extensivo en la última semana a casi todos los sectores económicos es de gran calado en todas las islas. Las diferencias pueden aparecer cuando pase la fase de confinamiento y llegue el momento de volver a arrancar los motores de la economía.

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Diferencias

«Hay diferencias con la crisis de 2008, cuando decíamos que las islas más turísticas podían salir antes de la recesión por su capacidad de exportar (turismo) a países del norte de Europa que estaban mejor como Reino Unido y Alemania», explica Riera. Entonces «Menorca se sumó más tarde a esa recuperación. Ahora puede ser al revés».

La razón, defiende, está en las características diferenciales de la economía de Menorca, en el mayor peso de otros sectores «como la industria, la agricultura y la construcción, que pueden ayudar a amortiguar los efectos de la recesión económica que seguro que se confirmará en los próximos meses». Riera explica que «el turismo solo puede producir lo que se le pide. En cambio una industria puede producir sin demanda y después vender».

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