La Administración central recauda el 41,44 por ciento de lo que pagamos en impuestos en las Islas. | Gemma Andreu

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La carga fiscal media que soportan los menorquines se sitúa en 7.906,85 euros, una cifra más alta que en Eivissa y en Mallorca. Solo los formenterenses pagan un poco más en impuestos a las distintas administracioines, 7.963,47, según datos extraídos de la memoria de 2018 del Consell Económic i Social, «el compendio más completo y sistematizado de indicadores económicos de las Islas», según la define su presidente Carles Manera.

La carga fiscal incluye toda la masa impositiva que las distintas administraciones endosan el contribuyente. El desglose entre ellas ablanda el papel de malo que se atribuye a los ayuntamientos motivado por la cercanía y accesibilidad, ya que estos solo reciben el 11,54 por ciento de ese importe global. La Comunidad Autonóma es la administración más recaudadora, se lleva el 47,02 de lo que pagamos en tasas e impuestos. El resto, 41,44 por ciento, corresponde al Estado.

Es precisamente en Balears donde los ciudadanos soportan la mayor presión fiscal de todas las comunidades españolas. La media nacional se halla en 6.088,79 euros y en las Islas, en 7.851,47, casi dos mil euros más. La presión fiscal (carga fiscal en relación al PIB) alcanza en el Archipiélago balear el 29,34 por ciento, casi seis puntos más que la media nacional e inferior también al porcentaje de Menorca, 29,54 por ciento. Diez comunidades autónomas disfrutan de una presión fiscal inferior a la media española, que es del 23,55 por ciento.

Dos municipios menorquines están por encima de la barrera del 30 por ciento, que en Mallorca solo superan los tradicionales municipios ‘ricos’ como Deià o Valldemossa. Todos los ibicencos están por debajo de ese referente.

La territorialización de la inversión en 2018 tampoco pone buena cara a Menorca ni a Formentera, territorios a los que los datos unen para liderar la carga fiscal y situar a la cola de la inversión territorializada.

De 2017 a 2018, cayó un 10 por ciento en nuestro caso, pasó de 9,3 millones a 8,3, y en la pitiusa menor la reducción fue del 38 por ciento, de 795.000 euros a 109.000. Si la comparación se realiza a tres años vista, de 2015 a 2018, la variación en Menorca es del 0 por ciento y aumenta entre el 3 y el 25 por ciento en el resto de territorios de la Comunidad.

Solo en Eivissa aumentó la inversión en 2018 con respecto al ejercicio anterior, un dos por ciento. En el resto de unidades territoriales, Palma y resto de Mallorca, el descenso fue más amortiguado, tres por ciento.