Un coche invade el carril contrario para evitar pasar por encima de las bandas sonoras. | Gemma Andreu

TW
17

Una treintena de vecinos de Sant Climent, que residen en el tramo de carretera en dirección al pueblo desde Binidalí, reclaman al Ayuntamiento de Maó medidas más contundentes para obligar a los coches a reducir la velocidad cuando circulan por esta zona.

Los derrumbes en la pared seca de uno de los márgenes de la calzada son la huella de las salidas de vía de vehículos que por ahora solo han causado daños materiales, pero los afectados temen que «un día haya una desgracia», afirma Antoni Orfila, una de las voces de este colectivo. Aunque el Ayuntamiento ha instalado unas bandas sonoras para obligar a pisar el freno, y existe señalización horizontal que marca el límite de velocidad a 40 kilómetros por hora, los vecinos aseguran que «hay coches que circulan a 120, así da miedo pasear hasta el pueblo». Algunos conductores incluso invaden el carril contrario para evitar circular sobre las bandas «que solo hacen ruido» y no han resuelto el problema.

Los residentes han dirigido sus quejas a la Asociación de Vecinos de Sant Climent, al Ayuntamiento de Maó y al Consell para pedir soluciones.

Lea la noticia completa en la edición impresa del 11 de julio en Kiosko y Más