Una de las tres tiendas de la Cooperativa de Consumo San Crispín, que también vende ‘on line’

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La Cooperativa San Crispín, la única de Balears formada por consumidores y usuarios, ha lanzado un SOS en toda regla: o consigue un mínimo de 60.000 euros en un plazo de seis meses o su subsistencia, después de 65 años de historia marcados por un modelo propio de consumo de cercanía, está en serio peligro. El apogeo de las grandes superficies en su zona de influencia amenaza con restarle cuota de mercado y «pone en cuarentena nuestra supervivencia», reconoce su presidente, Joan Camps, quien ha reclamado un esfuerzo económico a los socios a través de una carta titulada con un más que elocuente «Te necesitamos, os necesitamos...».

Después de acumular varios años de pérdidas y tras analizar las necesidades financieras de la organización, han llegado a la conclusión de que se requiere una ampliación de capital de cierta urgencia, no solo para dejar de perder dinero y poder pagar el sueldo a sus 34 empleados (31 de ellos mujeres), sino también para realizar las inversiones necesarias para mantener la competitividad de las tiendas (dos en Alaior y una en Es Migjorn) con la intención de hacer perdurable «una empresa que necesita beneficios para seguir existiendo», explica Camps, quien defiende la total transparencia de las cuentas, que no persiguen el lucro.

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