Bartomeu Mesquida recibe la distinción de manos del presidente del ICAIB, Martí Aleñar | ICAIB

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«Esta distinción debe ser compartida con funcionarios, abogados y con la ciudadanía de Menorca, un lugar especial con unas personas de exquisita educación y con un talante conciliador». Así se expresó este viernes el magistrado juez Bartomeu Mesquida, decano de la judicatura insular, instantes después de recibir el premio Degà Miquel Frontera a la Ética Jurídica, que le ha concedido el Ilustre Colegio de Abogados de Balears.

En un acto solemne celebrado en la sede del colectivo, en Palma, con la presencia del presidente del Tribunal Superior de Justicia de Balears, Antoni Terrassa, entre otras autoridades y compañeros del homenajeado, el juez del Juzgado Penal de Maó admitió que se le saltaron las lágrimas cuando le fue comunicada la distinción por el presidente del ICAIB, Martí Aleñar. Después de 26 años de ejercicio profesional en Menorca, los abogados han querido reconocer la observancia de sus principios éticos, la calidad y análisis de sus sentencias y el trato excelente que dispensa a todos los agentes de la justicia con los que convive a diario.

Mesquida estimó que este es del mejor elogio que puede recibir un juez «porque proviene de los abogados con los que tratamos de resolver los conflictos diarios que se presentan».

El magistrado mallorquín arraigado en Menorca subrayó que la ética judicial, independencia, imparcialidad, integridad, cortesía o diligencia son componentes éticos que no deberían representar un mérito o algo extraordinario «porque deberían estar siempre incluidos en nuestro trabajo».

Sin embargo, quiso recordar en su discurso al historiador y abogado menorquín, Joan Hernández Mora, con tres de sus principios aplicables a la justicia: «procurar tener una visión enciclopédica de la vida, adoptar siempre la crítica como método de trabajo y poseer un espíritu de tolerancia».

Bartomeu Mesquida también tuvo un recuerdo, como ejemplo de actuación ética, para Fernando Lago, secretario judicial, «al que no se le hizo justicia por su abnegación y sapiencia profesional», y al abogado mahonés Alfonso Más Ferrer, «una persona íntegra, educada y con unos niveles de exigencia y profesionalidad encomiables».

El acto solemne concluyó con la investidura de los nuevos abogados de la isla vecina.