Unas navetas ‘pioneras’. Con el endurecimiento de los criterios de protección de las navetas de Rafal Rubí, el Consell da el primer paso de muchos para velar no solo por el legado talayótico, sino también por el entorno que permite admirarlos en su contexto. | R.E.

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La decisión de cambiar el proyecto de reforma de la carretera general a su paso por Rafal Rubí por su impacto paisajístico no se sustenta en un imperativo legal, pero la intención del Consell es que con el nuevo Plan Territorial Insular adquiera rango normativo: «Que Menorca tenga una manera específica de controlar las afectaciones paisajísticas no puede ser una arbitrariedad política, hay que sustentarlo normativamente», reconoció ayer el conseller de Cultura y Patrimonio del Consell, Miquel Àngel Maria.

En ese sentido el informe encargado al geógrafo paisajístico Rafael Mata, quien también es miembro del equipo que está revisando el PTI, invita a los responsables de Patrimonio del Consell a garantizar las condiciones de conservación del paisaje arqueológico de las navetas, superando los restringidos límites de los entornos de protección establecidos en 2014, que marcan solo un perímetro de protección material de doce metros alrededor de los monumentos.

Maria explicó además que las recomendaciones de Icomos sobre la candidatura talayótica han hecho cambiar el concepto del proyecto, yendo más allá del simple listado de bienes seriados y planteando amplias aéreas de protección patrimonial en las que se encuentran esos bienes: «Más allá del listado de bienes (en el que todavía no está confirmado que vayan a estar las navetas de Rafal Rubí), toda Menorca deberá ser coherente con la protección –también paisajística– del patrimonio». En ese sentido se plantea un nuevo PTI que aborde el impacto paisajístico estableciendo criterios más duros sobre la afectación de los proyectos de obra pública y privada en el entorno del rico y numeroso legado talayótico de Menorca.