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Un colectivo de adiestradores caninos de la Isla, Las Caninas, ha solicitado al Consell que realice una inspección del funcionamiento de la perrera de Maó, ya que es un servicio que depende de la Conselleria de Cooperación.

Apoyados por numerosos ciudadanos sensibilizados, a raíz de su denuncia con varios videos en las redes sociales del estado en el que se hayan los perros, miembros de este grupo se plantaron el pasado domingo a las puertas del refugio de animales del polígono de Maó para demostrar que desde las 13 horas del sábado y durante toda la jornada dominical nadie de la concesionaria se hacía cargo del cuidado, limpieza, alimentación y bienestar de los animales, especialmente los canes. Sí acudió uno de los responsables de la concesionaria VETS Ciutadella, aseguran, "pero no a entrar en el pasillo de las jaulas" de los perros, cuyos ladridos cuando se les da de comer o acuden personas a la zona para sacarles a los patios son perfectamente audibles desde el exterior, añaden.

Hace semanas que el malestar por la situación de la perrera de Maó ha ido in crescendo, porque la publicación en internet del mal estado de bebederos y otros puntos de las instalaciones se han hecho virales en la red.


Además, los adiestradores critican la pasividad de las protectoras de animales de Maó y Ciutadella. La Protectora de Maó por su parte sí confirmó a este diario que había solicitado a VETS Ciutadella una reorganización de horarios de atención al público para que éstos fueran más amplios. También la empresa fue contactada por Es Diari y negó que desatendiera a los animales, argumentando que la no apertura al público no significa que no haya profesionales trabajando dentro de los refugios. Los horarios han sufrido cambios, hasta en tres ocasiones, desde abril hasta la fecha de hoy.

Según el pliego de condiciones técnicas del servicio, el horario de atención al público debe ser como mínimo de 30 horas semanales -no especifica si entre los dos refugios o en cada uno de ellos-, y ahora mismo ambas perreras suman un total de 30,5 horas semanales. "Es curioso cómo un servicio cuyo objetivo prioritario debe ser la adopción está abierto para el abandono, para dejar animales, de 10 a 18 horas, pero no para que la gente pueda adoptar", critica una de las portavoces del grupo que denuncia la situación, Eila Oriol. En cuanto al tiempo de actividad del servicio, el pliego fija un mínimo de 35 horas semanales (de nuevo sin especificar si en uno o en los dos centros). Todo el servicio está encaminado a garantizar el bienestar de los animales abandonados y a promover las adopciones.