El libro fue presentado por su autor Voro López Verdejo, por Joan Pons Torres y Jaume Anglada | S.F.

TW
68

La Fundació Jaume III organizó el pasado viernes en el patio de Can Saura de Ciutadella la presentación del libro «Sin pelos en la lengua. El libro rojo de la lengua valenciana». La obra fue presentada ante un centenar de asistentes por su autor Voro López Verdejo, doctor en Filología Valenciana por la Universidad de Valencia y uno de los principales referentes del valencianismo lingüístico.

La obra, según explica Sa Fundació, «destripa los mitos del pancatalanismo y la pretendida superioridad lingüística del catalán central sobre el valenciano o el balear», pone en valor «la singularidad lingüística de la lengua valenciana y la balear», y cuestiona «la forzosa unidad de la lengua», para incidir en «el expolio de la literatura balear y valenciana y las falacias de la corona catalanoaragonesa».

El acto lo presentó el director de Sa Fundació, Joan Pons, destacando que «la principal aportación del libro es la extrapolación de los argumentos en defensa del valenciano para las Balears y sus modalidades lingüísticas». Para Pons es «un auténtico manual de cabecera contra el proceso de degradación lingüística de nuestro menorquín frente a la hegemonía del catalán estándar».

El escritor de Ciutadella Jaume Anglada resaltó que la obra de López Verdejo se enmarca «en un contexto en el que nuestros políticos no han tenido la dignidad de defender nuestras modalidades baleares», añadiendo que «para defender lo nuestro, no es necesario atacar a los demás».

Por su parte, Voro López defendió que «menorquín y valenciano no son dialectos ni una degradación del catalán», aunque «es innegable que forman parte de la misma familia lingüística, que es el diasistema lingüístico occitanorománico, según la romanística». No obstante, zanjó que «el menorquín o balear será lo que los baleares decidan que sea» y añadió que «la lengua de las Balears está suficientemente avalada desde el punto de vista lingüístico, histórico, jurídico y cultural para tener el mismo reconocimiento que el valenciano y el catalán». Sobre el debate de la unidad de la lengua, señaló que «entre familia, los lazos de unión nunca deberían convertirse en cadenas».