Imagen del aparcamiento de Cala Turqueta, que fue clausurado por el Consell en 2016. | Gemma Andreu

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Los redactores de la revisión del Plan Territorial Insular (PTI) creen que la futura reordenación territorial no debe contemplar las ampliaciones de los aparcamientos existentes en las playas vírgenes, y que los parkings solo deben ampliar su superficie para «atender condiciones de seguridad de accesos y/o evacuación», y por tanto no para que puedan acoger más vehículos.

Y eso que, según los datos que manejan, las playas no están saturadas, al menos por parte de los bañistas que vienen en coche, ya que en la mayoría de calas vírgenes «la afluencia de personas en vehículo privado es menor que la capacidad de las playas», aunque también apunta que muchos usuarios de las playas llegan a través del mar, con embarcaciones privadas o golondrinas.

Con todo cree que este margen que existe debe aprovecharse para potenciar los autobuses lanzadera, tal y como quiere hacer el Consell este próximo verano en Macarella, con el objetivo de «limitar el acceso a las playas en vehículo privado en temporada alta», que es cuando hay más problemas. Asimismo apuesta por dedicar parte de estos aparcamientos para albergar un estacionamiento de bicicletas.

El mantenimiento de las limitaciones en los aparcamientos de las playas vírgenes, expuestas en el PTI vigente y en los planes especiales de cada una de las zonas afectadas, se enmarca en la idea de que hay que seguir apostando por la «conservación del valioso litoral de la Isla, y concretamente de las playas vírgenes», para «mantener sus valores naturales y evitar la pérdida de su atractivo turístico por la gradual masificación en periodos estivales».