Imagen de archivo de algunos dirigentes de la formación menorquinista.

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La comisión ejecutiva y la asamblea de Més per Menorca se reunirán para analizar cómo puede afectar la aplicación en Cataluña del artículo 155 de la Constitución a la relación de la formación menorquinista «con los partidos que apoyan al Gobierno de Mariano Rajoy» en esa decisión de aplicarlo.

Después de que el Consejo de Ministros decidiera, entre otras medidas pactadas por el Ejecutivo con el PSOE y Ciudadanos, proponer al Senado cesar al presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, y a todos los consellers, Més per Menorca ha anunciado en un comunicado que convocará a sus órganos de decisión.

En la comisión ejecutiva y la asamblea del partido menorquinista, los militantes analizarán «cómo puede afectar esto a las relación de Més per Menorca con los partidos que apoyan al Gobierno Rajoy en la aplicación del 155».

MÉS per Menorca da apoyo parlamentario al pacto de Govern entre PSIB-PSOE y Més per Mallorca, y tiene acuerdos en el Consell y ayuntamientos con los partidos que respaldan la aplicación del 155.

El partido menorquinista ha pedido a los senadores autonómicos designados por el Parlament, Francesc Antich (PSIB-PSOE) y José Ramón Bauzá (PP) que no voten las medidas amparadas con el artículo 155 propuestas por el Gobierno, y que si lo hacen pedirán su dimisión.

Para los menorquinistas las medidas de Rajoy «son de facto un golpe de estado» a la democracia y el autogobierno de Cataluña, y una muestra de «la no voluntad de negociar para afrontar el conflicto político», ha declarado el coordinador de la formación, Nel Martí.

«La democracia y el diálogo son presos políticos del nacionalismo español», ha asegurado, y ha señalado que «El PP en el Gobierno se reunió con ETA para dialogar e intentar encontrar una solución política, pero en cambio no tiene ninguna voluntad de sentarse con el representante legítimo de Cataluña, la Generalitat, para hablar del proceso pacífico y democrático para ejercer derecho a decidir».

Ha insistido en que «desde Madrid, la democracia y el diálogo son presos políticos del nacionalismo español más autoritario y agresivo».