El informe con el que el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios Histórico-Artísticos (Icomos) rechazaba la candidatura menorquina hace referencia a dos cuestiones relativas a la protección de los monumentos. Por un lado consideraba adecuado el grado de protección de estos, todos ellos catalogados como BIC, Bienes de Interés Cultural (la máxima protección jurídica de la legislación patrimonial en España), aunque por otro, indicaba una problemática con las zonas de delimitación de los yacimientos.
Concretamente, el organismo internacional, que tiene en cuenta que en el expediente se hace mucho hincapié en la relación de los yacimientos con el paisaje y en cuánto de éste se ha conservado hasta hoy, considera que los monumentos de la serie incluidos en la candidatura «presentan a menudo dimensiones reducidas, con elementos paisajísticos muy limitados y pequeñas zonas de amortiguamiento, lo que minimiza las interconexiones del paisaje representadas en el bien nominado», indica el documento.
Icomos plantea que, en aras a ese paisaje del cual forman parte los monumentos y que hay que conservar, debe garantizarse que desde estos no se producirán interferencias visuales para contemplar los yacimientos en su entorno. Por ello no cree suficientes los 70 metros que, como máximo, fija la Ley 1/1991 de Espacios Naturales y Régimen Urbanístico de las Áreas de Especial Protección de las Illes Balears en que se basaba la candidatura.
Un paso por delante
Para atajar esta recomendación, el conseller de Cultura, Miquel Àngel Maria avanzaba a «Es Diari» que la institución insular está trabajando para incorporar esta nueva figura de protección, a través del nuevo PTI, siguiendo el modelo de otras como las Áreas de Transición (AT), las de Interés Paisajístico (AIP) o las de Interés Agrario (AIA). Así, y teniendo en cuenta que el PTI debería ser una realidad antes del final de la legislatura, en 2019, «llegaríamos ante Icomos no con una declaración de intenciones, sino con una realidad», algo que presupone sería muy bien valorado.
Con esta fórmula «el entorno paisajístico quedará protegido con el PTI» y permitirá además hacer una gestión diferenciada y mayor respecto del resto del patrimonio histórico y cada monumento tendrá una zona de protección diferente, condicionada a las «cuencas visuales de cada yacimiento».
En cualquier caso, Maria tranquiliza en cuanto a la afectación de esta nueva denominación protectora. «Podría tener efectos sobre la imposibilidad de levantar construcciones elevadas cerca de los monumentos pero no afectaría a la actividad agraria porque, de hecho, los BIC lo permiten». En cualquier caso, el conseller considera que «las consecuencias no deben entenderse como una dificultad, sino como de gestión dentro del entorno de protección de cada BIC».
6 comentarios
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Recordemos que ICOMOS, tras su informe desfavorable, se ofreció a "colaborar" para mejorar la candidatura, cobrando claro.... La pela es la pela hasta con el Patrimonio...
Y la compatiblidad con el turismo?. La taula de la foto según la guía que yo tengo de Menorca Talayotica, solo se puede visitar los jueves por la mañana. Una burla.
Mucha sensibilidad ha mostrado el Conseller maria con el patrimonio en el campo sembrado de placas solares. Veleta, que es un veleta.
elemental
Más tonterías, Si no se puede construir..que alturas? Evidentemente hay que protegerlos,ahora los custodios de algo evidente.
Todo lo que no sea producir es bueno para la izquierda. Y luego, a gastar lo que producen los tontos que trabajan. Según ellos el dinero crece en los árboles.