Alquiler turístico de habitaciones

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Internet ha disparado de forma exponencial el alquiler vacacional de viviendas, pero sobre todo, ha hecho aflorar nuevas modalidades con las que sumarse a la actividad turística. La economía colaborativa está revolucionando la manera en que los consumidores utilizan bienes y servicios. Los hábitos de consumo cambian. Éste ha llegado para quedarse. El 'boom' se palpa ahora en el alquiler de habitaciones a turistas. Se ha convertido en una práctica habitual, muy extendida a nivel de Europa y que está en auge en la Isla.

El portal norteamericano por excelencia Airbnb pone a disposición de los visitantes 273 propiedades de esta modalidad de alojamiento. Supone arrendar una habitación del hogar en el que el propietario reside. Se trata de «convivir compartiendo espacios comunes, experiencias y conversaciones durante la estancia turística en el enclave», según apuntan sus seguidores. La cifra toma relevancia cuando la comparamos con el número de propiedades que se ofertaban en la Isla hace dos meses. Había 181 anuncios. Por lo que en tan solo sesenta días se han sumado a esta práctica cerca de cien viviendas, tal como lo recoge el análisis que realiza Airdna de los datos de la página web de referencia para el alquiler turístico.

Ciutadella y Maó concentran la mayor parte de ofertas de este tipo. Las dos ciudades acaparan 191 propiedades cuya tarifa media diaria oscila entre los 29 y los 35 euros. Se dispara hasta los 52 euros en las que se ofertan en el término de Alaior.

Este portal que analiza las ofertas de Airbnb apunta también a las ganancias medias que los propietarios pueden llegar a embolsarse con esta actividad. Y aunque los precios oscilan según el tipo de habitación que se arrienda y su ubicación, los propietarios pueden sacarse un sobresueldo de hasta 3.000 euros al año. Cabe señalar además que las habitaciones consideradas de rango superior y de mayor calidad pueden generar a los anfitriones unos ingresos de en torno a 5.100 euros al año. Se alquilan una media de 90 días. Es Migjorn Gran no dispone de anuncios.

Cabe indicar asimismo que la ocupación para los meses de julio y agosto roza el lleno absoluto. Para julio, solo hay disponible el 17 por ciento de las propiedades que se ofertaban para estas fechas, mientras que en agosto, el porcentaje se reduce hasta el diez por ciento. Esta práctica tiene, sin duda, adeptos.

Esta tipología de alquiler está actualmente sobre la mesa del Govern. El redactado actual del proyecto de ley para regular el alquiler turístico prohíbe de forma clara y expresa esta práctica en su artículo 50. No obstante, partidos como Més per Menorca, han presentado enmiendas en este sentido al reclamar que se elimine este punto del articulado puesto que «no se puede sancionar sin antes regular».

«Como un compañero de piso»

Los turistas que se suman a esta modalidad de alojamiento vacacional defienden la complicidad con personas del lugar. «Nos sentimos como unos amigos que están de visita» o «consiguió que nos sintiéramos como en casa, nos acompañaba en todos los desayunos y esperaba a que llegáramos para conversar y ver cómo nos había ido el día, más que un anfitrión fue un amigo y un compañero de piso», son algunos de los mensajes que los turistas plasman en las webs. Por su parte, los propietarios buscan experiencias nuevas: «Vivimos en esta casa enorme y la compartimos con huéspedes de todo el mundo», indica uno de los anfitriones.