Pere Moll entra en la biblioteca municipal, donde ha tenido lugar la reunión de la asamblea local del PSOE | Gemma Andreu

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La asamblea del PSOE de Es Migjorn la forman ocho militantes y, como en la convocatoria anterior, votaron siete contra uno, todos contra el alcalde. Los concejales no quieren a Pere Moll pero en vez de presentar la moción de censura y echarlo de la alcaldía en un plazo de quince días como habían dicho, han elegido un camino más largo. El acuerdo «soberano, porque es de la asamblea de militantes», explica la portavoz Elena Baquero, supone trasladar a la gestora insular del partido la petición de que primero le expulsen del PSOE.

La expulsión implicará abrir una expediente y seguir la burocracia interna prevista para estos casos, lo que augura que, si se tienen en cuenta los plazos para alegaciones y recursos, se alargará por un periodo inconcreto pero alejado de la inmediatez. Ahora serán los trámites del partido los que marcarán el tempo de la moción de censura, que incluirá el nombre de Maria del Mar Ameller como candidata a la Alcaldía.

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En su reflexión a pocos minutos de haber concluido el encuentro, Moll expresó disgusto con sus compañeros, a los que no ve por el Ayuntamiento desde que se desató la crisis, pero tampoco se mostró especialmente hundido, «me echan a la calle y la vida sigue, hasta entonces trabajaré como el primer día», señala. Y reitera que recurrirá a los medios legales a su alcance para evitarlo.

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