Imagen de uno de los expositores que toman parte en la feria madrileña del calzado. | Kiko Huesca / Efe

TW
8

El mercado del calzado menorquín sigue atravesando el túnel de la crisis, si bien los fabricantes realizan grandes esfuerzos para mantener su facturación en los mismos términos que en 2015. De los participantes usuales de Menorca en la Feria MOMAD Calzado, que esta vez se celebra en el recinto madrileño Ifema hasta mañana martes, Manufacturas Güelmi y Ría han declinado participar en esta edición.

El presidente de la Asociación de Fabricantes de Calzado de Menorca, Juan Carlos Fernández de Salort, explica que existe «una atonía bastante fuerte en el consumo de productos de moda. Los hábitos de consumo han cambiado. Aunque se ven síntomas de recuperación económica, creo que la recuperación va a tardar en llegar al sector del calzado». El 2016 en términos de facturación ha finalizado prácticamente igual que 2015, que había sido un año en que se había recuperado volument de ventas. Fernández señala que se ha producido «un descenso de un dos o tres por ciento, pero no resulta significativo. Lo que sería preocupante es que se acumulasen dos o tres años de bajada constante, pero no es el caso. Se vendan zapatos o se vendan botas, las unidades son las mismas pero la facturación es menos».

El presidente de esta asociación se muestra optimista ante la recuperación y asegura que el sector todavía tardará dos años en recuperar el pulso anterior. En cuestiones de negociación, Fernández afirma que el Govern está siendo receptivo y espera que en breve puedan concretarse las ayudas para la participación en ferias, que es donde los fabricantes están empeñando su esfuerzo con cantidades que ascienden a los 20.000 euros por feria y expositor. Fernández auguró que en la renovación de maquinaria e investigación en I+D+i, todavía queda mucho por negociar.

La firma Santiago Pons Quintana cerró 2016 con un superávit de ventas de un tres o cuatro por ciento: «Esto comparado con lo perdido no es nada. El cliente te pide las mismas partidas pero con menos unidades. Los comerciantes te dicen qué bonito pero menos unidades. Tenemos que recuperar comerciantes o buscar nuevos. Es un crecimiento muy lento. Hoy hay muchos factores como internet que influyen en que la gente compra calzado más barato. En Asia es donde más hemos crecido y la clientela es más sana. Europa está muy castigada por internet».

Para Marcos Moll, gerente de Plumers, «seguimos con una profunda crisis. Nosotros dentro de la generalización del descenso de ventas, somos unos afortunados». En 2016 cerraron con un 15 por ciento menos respecto a 2015, y su facturación va descendiendo progresivamente desde 2008. Moll asegura que «las empresas con cierta potencia suelen tener un solo cliente, es que el compra y después distribuye, y para hacer esto, tienes que ser muy interesante, y esto es lo que hace el productor asiático. Esta es la verdadera dificultad de la manufactura».

Nacional estancado
Miguel Ángel Gener, diseñador de Hommers y Capo Triay opina que el mercado nacional está muy estancado: «En internacional estamos despuntando un dos por ciento. Actualmente los esfuerzos de las fábricas de zapatos que hacemos es para mantenernos. Hacemos milagros para estar donde estamos. Tenemos que asistir cada vez a más ferias, viajar más, alargar más las colecciones y hacer más cosas para mantenernos. Y hacer zapatos de calidad, nunca pueden ser más baratos».