Los cambios afectarán a una decena de restaurantes | Gemma Andreu

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Los restaurantes del puerto de Ciutadella tendrán que retirar los toldos cuando se ponga en marcha el plan de ordenación del puerto antiguo promovido por el Govern. No se les asegura que puedan poner carpas una vez se ejecuten las obras previstas para finales de 2017 y 2018, porque la mayoría están sujetas a la antigua muralla de la ciudad, un bien de interés cultural.

Los restauradores temen que se les aplique la misma normativa que en el centro histórico y deban colocar sombrillas, como explica el presidente de la Asociación de Restauración integrada en CAEB, José Bosch. Si eso pasara, las terrazas, que funcionan como el comedor principal de estos restaurantes, quedarían desprotegidas del viento o la lluvia y perderían clientes, asegura.

«Entendemos que la muralla es un BIC y lo respetamos» afirma. Por ello aceptarían sujetar las carpas con soportes independientes.

La ordenación actual del puerto es mejorable, admite: «No es la mejor imagen que podemos dar ni como pueblo ni como restauradores» pero quieren poder negociar cuáles van a ser los cambios que, recuerda, supondrán una versión importante para los establecimientos. «Ya tenemos suficientes malas experiencias con los temas de terrazas y patios interiores» en el casco antiguo, comenta, y parece, dice, que el equipo de gobierno actual la haya tomado con el sector de la restauración.

Ports trabaja conjuntamente con el Ayuntamiento para decidir las condiciones estéticas. Falta un tiempo para tener que desmontar los toldos y, como explica la alcaldesa Joana Gomila, será entonces cuando se decidirá conjuntamente con Ports, restauradores, Patrimonio, vecinos y el resto de afectados qué tipo de equipamientos serán los adecuados para ocupar esa vía pública.