menorca ciutadella comunitat de regants | Josep Bagur Gomila

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La entrada en funcionamiento de la desaladora permitirá a la comunidad de regantes de Ciutadella Sur disponer de agua reutilizada durante todo el año.

Mientras no se ponga en marcha, la balsa de 200.000 metros cúbicos de capacidad tan solo puede rellenarse una vez al año, en invierno, cuando la salinidad baja y no quema los cultivos.

De momento, los regantes deben conformarse con regar unos pocos meses al año. La alta salinidad del agua durante el verano, por la gran demanda existente en las urbanizaciones, impide recargar la balsa. Por tanto, la única posibilidad de usar la instalación sigue siendo acumular agua en invierno para que las fincas dispongan de ella durante los meses más calurosos, donde se hace más necesario el recurso.

Esto es, precisamente, lo que se ha hecho. Durante los últimos tres meses, se ha realizado una prueba piloto en la que han participado ocho fincas, que han regado casi 40 hectáreas de terreno y ha permitido comprobar el funcionamiento de toda la infraestructura. Esta semana finalizaba el ensayo y los resultados obtenidos satisfacen a todas las partes implicadas en el proyecto. Desde Tragsa, la empresa encargada de la gestión de la instalación, reconocen que ha sido necesaria alguna parada técnica y también llevar a cabo tareas puntuales de mantenimiento.

Una situación que ya preveían, teniendo en cuenta que las canalizaciones y el embalse se construyeron en 2003, hace 13 años, con un coste de seis millones de euros, y nunca se habían utilizado por los altos indices de salinidad del agua de la depuradora.

Como en la balsa todavía hay unos dos metros de agua, de los ocho con los que se inició la prueba piloto, se ha decidido alargar el plazo y que las fincas puedan seguir regando durante el próximo mes de octubre. En caso de que las precipitaciones persistan, no se descarta ampliar todavía más el periodo, apuntan desde Tragsa.

El objetivo no es otro que aprovechar al máximo el agua acumulada puesto que la balsa no volverá a rellenarse hasta el mes de enero, cuando las analíticas confirmen que los índices de salinidad son suficientemente bajos como para poder usar el agua tratada en los cultivos de sorgo y maíz.

Durante estos tres meses se han incorporado nuevas fincas al proyecto, como es el caso de Son Vell que ha regado una decena de hectáreas. Otras, en cambio, tienen toda la instalación preparada para empezar a funcionar una vez el Govern otorgue la concesión del servicio.

Las ocho fincas han dispuesto de estos 200.000 metros cúbicos de agua de manera gratuita, sin embargo, si se materializa la concesión, está establecido un canon que cada usuario deberá abonar para disponer de agua. Serán 38 euros al mes por hidrante más 0,016 euros por metro cúbico de agua, precios mucho más económicos que consumir agua corriente.