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Las altas temperaturas junto al incremento de la demanda y la escasez de lluvias provocan que las reservas hídricas disminuyan considerablemente. Actualmente, los recursos de Menorca se encuentran al 53 por ciento, 12 puntos por debajo que hace un año y 6 puntos menos que el mes pasado. Esto demuestra una clara tendencia negativa que la sitúa al borde de la situación de prealerta.

De hecho, el índice de sequía publicado este jueves por la dirección general de Recursos Hídricos otorga a la Isla un coeficiente de 0,51, es decir, una centésima por encima de los que se considera nivel de prealerta.

Menorca, no obstante, sigue siendo la única isla del archipiélago que se mantiene en la categoría de «estable», mientras que los recursos hídricos tanto de Mallorca (44 por ciento) como de Eivissa (35 por ciento) están muy por debajo. La media balear es del 44 por ciento.

Este porcentaje es el resultado de ponderar las reservas de los tres principales acuíferos de la Isla. El de Maó se encuentra actualmente al 45 por ciento. Es el único que ha crecido respecto al mes de enero, tres puntos, principalmente gracias a las lluvias que cayeron en febrero. El acuífero de Sa Roca, en Es Mercadal, está al 33 por ciento, cinco punto menos que a principio de año.

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Ciutadella, sin embargo, es el más «sobreexplotado», en palabras de Joana Garau, directora general de Recursos Hídricos del Govern. Las reservas en este caso están al 62 por ciento, aunque en enero alcanzaron el 94 por ciento. Tal y como explica Garau, el problema es que su agua está perdiendo calidad e incrementa su salinización.

Este hecho se debe a varios factores. El principal es la falta de lluvias que no permite que el acuífero se regenere. Según Aemet, en julio no llovió ni una sola gota, mientras que la media es de tres litros por metro cuadrado. Es la precipitación más baja desde 2010. Aquel año tampoco llovió nada en Menorca. Desde Aemet apuntan que podrían producirse algunas precipitaciones a partir del 15 de agosto, aunque todavía no puede afirmarse con seguridad con mas de un mes de antelación. Otro factor a tener en cuenta es la gran demanda a la que debe hacer frente en verano. El incremento del consumo de agua hace que las reservas hídricas de los acuíferos disminuyan. Por todo ello, Garau afirma que «no podemos bajar la guardia».