El acto se inició a las 19 horas con la llegada de la corporación municipal, con los maceros. La alcaldesa Joana Gomila abrió la sesión y dio paso a Manuel Barcia Bonet para que leyera el Acta de Constantinopla, el documento escrito por presos menorquines capturados y traslados a la capital del Imperio Otomano, que describen los avatares del asedio turco de 1558.
Acto seguido, tomó la palabra Patricia Almarcegui ante un centenar de personas y en un ambiente muy caluroso. Entre el público no faltaron la presidenta del Consell, Maite Salord, el conseller de Territorio del Govern balear, Marc Pons, así como otros consellers insulares y representantes de los distintos ayuntamientos de la Isla.
Almarcegui empezó su intervención con una reflexión y cuestionando la imagen que tiene la sociedad occidental de Oriente próximo. La escritora, en una ponencia ilustrada con más de una veintena de imágenes que fue proyectando sobre el Salón Gótico del Consistorio de Ciutadella, disertó sobre «el intercambio» que ha existido entre Oriente y Occidente a partir del siglo XVI, sobre todo en las representaciones culturales y artísticas, principalmente en la pintura, el grabado, la arquitectura y la literatura. Una época en que la fascinación de lo oriental y lo turco estaba al orden del día.
Nueva interpretación
Tras la ponencia de Almarcegui, la alcaldesa le entregó un obsequio a la ponente, como agradecimiento a su participación en el acto solemne del 458 aniversario del asedio turco en Ciutadella.
Joana Gomila también aportó su reflexión personal sobre los acontecimientos de 1558, para reclamar la importancia de «hacer una nueva interpretación de este episodio», ya que «nuestra generación no quiere un Nou de Juliol de sangre y fuego» entre la cultura cristiana y la islámica.
En este sentido, la alcaldesa incidió en que hay que «apostar por un mundo más respetuoso» y lanzó el mensaje de «aprender la lección histórica» y afrontar el futuro «respetando la diversidad».
Oración fúnebre para suplir la misa de la Catedral
Al finalizar la sesión solemne en el Salón Gótico del Ayuntamiento de Ciutadella, no hubo la tradicional eucaristía en la Catedral en recuerdo a las víctimas del asalto turco de 1558. La misa exequial se sustituyó, de mutuo acuerdo entre Consistorio y Diócesis, por un responso (oración fúnebre), oficiado por el administrador diocesano de Menorca, Gerard Villalonga, frente al obelisco, donde también se depositó como cada año una ofrenda floral para recordar a las víctimas de 'S'Any de sa Desgràcia'.
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2 comentarios
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... veo que la iglesia le ha vuelto a meter un gol a los políticos supuestamente de izquierdas... al ver que en la catedral acudían a la misa cuatro gatos, debido al signo de los tiempos, han pedido y logrado acaparar la ceremonia de la ofrenda de la corona a los pies del obelisco conmemorativo, y así logran impacto mediático y abrir la religiosidad a lo público, fuera de sus recintos habituales... Yo también solicito que se vuelva a hacer la misa en la catedral, pero que la ofrenda sea una ceremonia 100% secular...
visca es macers!