La presidenta del Consell, Maite Salord (izquierda) junto a la alcadesa de Ciutadella, Joana Gomila. | Gemma Andreu

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El proyecto de las cuevas de Cala Blanca se eterniza. Los técnicos del Consell Insular han detectado una carencia importante en el expediente, la falta de informes geológicos que garanticen la ausencia de riesgos, imprescindible para que las cuevas se abran al público.

Para subsanar esta situación, el Consell ha aprobado un convenio con el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) para que redacte los preceptivos informes para garantizar la seguridad del subsuelo y del exterior de las cuevas de Cala Blanca, sin los que sería imposible conseguir la licencia municipal, según han informado en la mañana de este martes la presidenta del Consell, Maite Salord, y la alcaldesa de Ciutadella, Joana Gomila.

Este convenio tendrá un coste total de 72.945 euros, de los cuales, el 55,9 por ciento será aportado por el IGME y el otro 44,1 por ciento por la institución insular. El acuerdo tiene una duración de 18 meses, el tiempo que se da para la obtención de unos informes que en ningún momento se habían previsto en el expediente del proyecto. Asimismo, el Consell adquirirá dos sensores de medición microambiental que tendrán un coste de 16.000 euros, repartidos en las anualidades 2016 y 2017.

Maite Salord ha lamentado que "se haya empezado la casa por el tejado", en alusión a las gestiones realizadas por el anterior equipo de gobierno, que había anunciado la apertura de las cuevas para verano de 2015. Este proyecto parte del Plan de Dinamización del Producto Turístico y debía haberse ejecutado en 2011.

Pese a las sucesivas prórrogas del convenio entre Turespaña, el Govern, el Consell y la Asociación Hotelera de Menorca, en 2015 se cerró el plan sin ejecutarse, lo que supuso perder la aportación de Madrid y la del Govern, que ahora el Consell intenta recuperar. El proyecto, que está siendo revisado, tenía un coste previsto cercano al millón de euros