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Los tres partidos del gobierno de Ciutadella rechazaron en el pleno de este jueves modificar puntualmente la ordenanza que regula las normas de comportamiento en los espacios públicos, para evitar, como pedía UPCM, multas como la que se impuso a una joven desempleada por verter agua de limpieza en la calle, con una sanción de 1.000 euros.

La moción del partido de Triay pedía modificar esta ordenanza para «hacerla más equitativa», y «diferenciar entre vertidos de agua y vertidos de líquidos contaminantes o corrosivos». Se argumentaba que no se entiende que verter agua de limpieza esté tipificado como un delito grave, con multas que oscilan entre los 751 y 1.500 euros, mientras que realizar pintadas a la vía pública o en el mobiliario urbano sea calificado como una infracción leve. Pedía que los vertidos menores de agua estuvieran tipificados como faltas leves.

La concejal de Disciplina Gubernativa, Marta Marquès, reconoció que la normativa «está desfasada» y las sanciones «son desproporcionadas», pero cree que «es más interesante», enmendarla, revisando otra ordenanza, la de la limpieza viaria.

Triay le agradeció a Marquès que le diera la razón en todo, aunque lamentó que acto seguido «anunciase que me da el voto contrario». El concejal de UPCM cree que mientras van tramitando la revisión de la otra ordenanza, la situación se puede retrasar, y mientras tanto «se pueden producir más situaciones injustas». Triay apuntó que lo que se pretende «no es revisar una ordenanza por un hecho puntual», como dijo la concejal, sino que «un hecho puntual ha demostrado lo injusta y abusiva que es esta ordenanza».

El PP, que votó a favor de la moción, presentó una enmienda que pedía una revisión general paraque no haya contradicciones entre ambas normativas. UPCM se mostró en un primer momento a favor de la enmienda, pero acabo pidiendo al PP si la podía retirar para no hacer el juego al gobierno que quiere «desvirtuar» la moción. El PP aceptó y retiró la enmienda.