Los investigadores han constatado en su último informe que en los ecosistemas del canal marítimo entre Menorca y Mallorca habitan una gran variedad de especies

TW
7

Que el Archipiélago es un paraíso en lo que se refiere a la naturaleza submarina es de sobra conocido, pero no está demás que de vez en cuando ello se demuestre con datos científicos. Y eso es lo que han hecho recientemente los investigadores del proyecto LIFE + INDEMARES, que coordina la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Según los datos que han publicado recientemente, en el Canal de Menorca, ese corredor marino de aproximadamente 36 kilómetros de ancho que separa nuestra Isla de Mallorca, se han logrado inventariar ni más ni menos que 1.600 especies en sus fondos marinos. Y entre todas ellas, se han registrado además 58 especies protegidas, como las algas pardas o la tortuga boba, además de numerosos cetáceos y aves marinas.

Según explican los responsables del proyecto, los ecosistemas del Canal de Menorca albergan múltiples hábitats. Una buena señal a la que se une el hecho de que en las zonas litorales que llegan hasta los 40 metros de profundidad existen amplias praderas de posidonia oceánica, protegidas a nivel europeo.

Así, estamos hablando de un espacio al que la diversidad de especies otorga un elevado valor ecológico. Además de los cetáceos y las tortugas marinas, los investigadores destacan que se trata también de un área «especialmente importante» para aves marinas como la pardela balear y la cenicienta. Un rico tesoro medioambiental en su conjunto que, no obstante, tiene un enemigo que amenaza sus ecosistemas: «la pesca de arrastre, cuyo impacto se considera grave en los hábitats de lento crecimiento», advierten los responsables del estudio.