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La Asociación de Comerciantes de Menorca (ASCOME), que incluye pequeños negocios tradicionales y comercio de proximidad como supermercados de mayores dimensiones, quiere que el Plan Territorial Insular (PTI) ordene la actividad en la Isla y ponga límite a la superficie comercial, igual que lo hace con la oferta de plazas hoteleras. Su presidente, Vicente Cajuso, afirma que se trata «de regular, no de prohibir» y que a cambio también pide a los pequeños comerciantes que sean «innovadores, creativos, competentes y competitivos» para mantener una clientela que también, y cada vez más, recurre a las compras electrónicas.

Cajuso lanza esta petición después de que el pasado lunes asistiera a la comisión interinsular asesora de comercio, en la que se decidió la suspensión temporal de licencias a grandes superficies mientras a la vez se modifican los artículos que han motivado el recurso de inconstitucionalidad del Gobierno central.

El límite para las superficies comerciales -que ASCOME aceptaría en 400, 600 e incluso 800 metros cuadrados-, es necesario, según Cajuso, porque «Menorca es un territorio pequeño y si vienen tres o cuatro grandes superficies de 5.000 metros cuadrados eliminarán todo el tejido comercial tradicional, y entonces podríamos pasar de la libertad comercial al monopolio entre dos o tres cadenas». Cajuso recuerda que con la ley actual no se limita la superficie, sino que se obliga a que las tiendas de más de 400 metros cuadrados soliciten dos licencias, la municipal y la autonómica, así como el cumplimiento de más requisitos para obtener los permisos.


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