Lo primero que hizo Knörr al terminar la carrera de Administración y Dirección de Empresas fue juntarse con unos amigos de Bilbao para montar una empresa de servicios de internet. «Hacíamos todo lo que se nos ocurría, éramos unos novatos», recuerda Knörr, divertido. La segunda aventura empresarial les fue mejor: Hostalia, una compañía de servicios de 'alojamiento web', acabó convirtiéndose en una de las primeras empresas de hosting de España y en el año 2007 fue adquirida por Acens (Telefónica).
«Cuando vendes una empresa piensas que todo está chupado, no te acuerdas de los momentos malos, de los años sin vacaciones... Así que dije, voy a montar unas cuantas a la vez», bromea Knörr, rodeado de otros emprendedores enfrascados en sus ordenadores bajo el toldo de una terraza, en S'Algar. Al cabo de un año, Knörr puso en marcha Ideateca, una incubadora de start-ups en Bilbao. «La idea era ser una especie de laboratorio de ideas que pudieran transformarse en negocios», dice. La que funcionó mejor fue un videojuego para móvil, iBasket, que alcanzó 20 millones de usuarios en todo el mundo. Eso les hizo pensar que quizás era mejor centrarse en el desarrollo de videojuegos, en lugar de seguir incubando muchas ideas a la vez.
«El reto de los videojuegos es que necesitas diversos equipos y lenguajes de programación para adaptar las versiones a iPhone, Android, o Windows. Así que empezamos a buscar una solución para que fuera posible programar distintos lenguajes en una sola plataforma, basada en el lenguaje HTML5», explica Knörr. A este nuevo proyecto lo llamaron Ludei. «Una vez lo conseguimos, vimos que la solución que habíamos creado para nosotros podíamos vendérsela a otros desarrolladores de videojuegos y aplicaciones», añade el fundador de Ludei.
Al cabo de poco tiempo, Knörr viajó a Silicon Valley en una misión organizada por el ICEX, y se dio cuenta de que si quería expandir realmente el negocio debía mudarse allí. Y así lo hizo. En 2011, Eneko se plantó con su familia en San Francisco para abrir una oficina de Ludei, donde trabajan una decena de personas. Desde entonces ha conseguido levantar 2,3 millones de euros de capital de dos fondos de inversión españoles, Kibo y VitaminaK. «En el sector de las tecnologías es muy importante ser rápido para conseguir financiación para que no se te avance la competencia», explica. Tras su paso por Silicon Valley, Knörr quiere ahora expandirse al mercado chino. «En China están más avanzados que en Silicon Valley en todo lo relacionado con el sector móvil», comenta el emprendedor, antes de volver a su ordenador. «Menorca Millennials nos ha pillado en un buen momento, puesto que queremos levantar una nueva ronda de inversión para la expansión en China y dar a conocer el producto a nivel mundial».
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