El recinto permitirá recorrer 900 metros de las cuevas de S’Aigua y na Megaré y será de gestión pública

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Tampoco será en mayo. El Consell, el Ayuntamiento de Ciutadella y el sector hotelero querían empezar las obras de acondicionamiento de las imponentes cuevas naturales de Cala Blanca el pasado octubre para que se abrieran al público coincidiendo con el inicio de esta próxima temporada turística.

Pero, cuatro meses después del plazo marcado, aún no ha podido culminarse la necesaria modificación del Plan General y eso mantiene paralizada tanto la compra de los terrenos (porque no puede adquirirse aquello que no está grafiado urbanísticamente) como la concesión de la licencia de obras. Y, lo que es peor, amenaza por segunda vez con dejar a la obra sin financiación.

Está en juego el millón de euros que Madrid había comprometido a través del Plan de Dinamización del Producto Turístico (PDPT). Si, como parece, en junio no se ha terminado la obra y no prospera la negociación con la Secretaría de Estado de Turismo, se perderá el dinero.

El 24 de julio representantes de las administraciones insular y municipal comparecieron conjuntamente en Ciutadella para anunciar el fin de la prolija tramitación, iniciada en el mandato anterior, el adelgazamiento económico del proyecto (valorado ahora en 750.000 euros) y la apertura de las cuevas de S'Aigua y na Megaré este verano.

«Entonces pensábamos que podíamos aprobar la segregación y formalizar la compra con cada propietario a la par que el Ayuntamiento tramitaba el cambio urbanístico, pero luego se nos dijo jurídicamente que no era así», arguyó ayer la consellera de Turismo, Salomé Cabrera. Así que, iniciada la aprobación inicial de la modificación del Plan General en noviembre, el Consell da prisas a las nueve instancias públicas que deben informar al respecto para que agilicen su respuesta.

El departamento de Patrimonio ya ha dado luz verde, al igual que el Institut de la Dona, y se da por segura también la conformidad de Ordenación del Territorio. Pero se precisa el visto bueno de diversos organismos de la administración autonómica antes de que el cambio del Plan General sea aprobado de forma provisional y definitiva.

Luego sí, se podrá cumplimentar la compra a los 32 propietarios, a razón de 18 euros el metro cuadrado (140.000 euros en total), registrar la operación y pedir licencia. Pero no importará licitar las obras. Las ejecutará la empresa pública Tragsa, «medio propio» para las obras de interés general financiadas por el Estado.

Desde el acceso, en la zona verde situada frente al hotel Sagitario, se abrirá un túnel de 40 metros hasta la entrada de la cueva y, a través de distintas rampas, se descenderá hasta doce metros de profundidad. El plazo de ejecución solo de esta parte de la obra supera los dos meses. Y luego cabrá montar las pasarelas, la iluminación y demás instalaciones.

Pese a ello, Cabrera se resiste a confirmar que ya llega tarde para abrir las cuevas este verano. «Lo importante -dice- es empezar, y seguir».

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