Joan Sánchez Tuomala durante la presentación del informe ayer, en el Cercle de Economia. | Gemma Andreu

TW
4

La economía menorquina comienza a dar signos de recuperación, con la mejora de la confianza inversora pero son todavía débiles y están frenados por la debilidad del consumo interno. Es una de las conclusiones del primer boletín de coyuntura que elabora el Cercle d'Economia de Menorca, un número cero presentado ayer en la sede de la entidad en Maó por su director, Lluís Hernández, y el economista y vocal de la junta directiva, Joan Sánchez Tuomala.

El Cercle ha centrado su análisis en el tercer trimestre de 2014, el de mayor actividad debido al empuje del turismo, y ha radiografiado ese periodo del año para generar debate ciudadano a partir de la información económica, no para realizar «proyecciones de futuro», señaló Joan Sánchez, aunque es inevitable preguntarse si se ha entrado ya en la senda de la reactivación. «Se percibe en la calle y en las empresas ese cambio de tendencia», declaró al respecto el economista y consultor, «que se ha trasladado a las cifras de paro y afiliación» pero recalcó que el nivel de desemplo «aún no es asumible» y que el consumo interno «que es el que salva a las pymes en invierno, no está tirando» de la economía insular.

Ese miedo a consumir se deduce de «la evolución negativa de los precios, signo inequívoco de la debilidad del consumo interno», señala el informe. Por su parte, Hernández insistió en que el empleo que se cree debe ser «de calidad» ya que los bajos salarios y la temporalidad también hacen que se retraiga el consumo.
Dos síntomas de recuperación son la mejora de la inversión empresarial y un «cierto respiro» para la construcción, que apuesta por la rehabilitación.