Una mujer que ejerce la prostitución en un apartamento privado. La prostitución masculina también se da en la Isla pero es minoritaria | Archivo

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En septiembre de 2014 el Instituto Nacional de Estadística incorporó el impacto de la prostitución y de actividades como el tráfico de drogas, el juego ilegal y el contrabando al Producto Interior Bruto (PIB). El cálculo ?nada fácil, porque no hay censos fiables de clubes, de prostitutas, de precios medios de un servicio?, arrojó un dato: el ejercicio de la prostitución generó un 0,35 por ciento de la riqueza económica del país, basándose en los indicadores de 2010, año que se tomó para la estimación. Si el mismo porcentaje se extrapola y se aplica sobre el último dato de PIB de que se dispone en Menorca (1.816 millones de euros en 2011, según el Consell Econòmic i Social), el peso de la prostitución en la Isla sería de 6,3 millones.

Dinero que se genera en los clubes de alterne y en redes de pisos en los que las mujeres y hombres que se dedican al negocio del sexo ejercen por su cuenta, anunciándose en páginas de contactos y especialmente en internet. Las webs permiten captar clientes y a éstos contactar con la máxima discreción, un factor a tener en cuenta en un lugar pequeño como Menorca. De hecho, la actividad se vuelca cada vez más en la red y en los apartamentos en los que se ejerce con más independencia.

Existen cinco clubes en funcionamiento, dos en Maó, otros dos en Ciutadella (uno de ellos solo en el verano) y otro en Sant Lluís. El resto del negocio se mueve en casas, porque en Menorca no existen focos de prostitución callejera, aseguran las policías locales.

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