La pareja en las termas romanas situadas en la localidad de Bath | MMLL

TW
10

Vivir en un país extranjero durante una temporada fue algo que siempre le atrajo, aunque fue la iniciativa de su novia, Teresa Florit, la que le hizo dar el paso. Ella, enfermera de profesión, llegó a Exeter en octubre de 2013 con un contrato de trabajo debido a la gran demanda que hay allí de personal sanitario cualificado. Al cabo de unos días, aterrizó él, que lleva toda su vida viviendo en Menorca, para reunirse y buscarse juntos la vida.

Dicen que por allí existen más oportunidades laborales. ¿Le resultó difícil encontrar trabajo?
— La verdad es que todo depende de lo que estés dispuesto a hacer. Viniendo de la desesperación que se vivía en España por encontrar un trabajo y de llegar a hacer «lo que fuese por el precio que fuera», aquí las ofertas son más numerosas y variadas, e incluso puedes encontrar un trabajo especializado si dominas bien el idioma. Sólo un apunte: llegué un sábado por la noche y el martes ya estaba trabajando… de KP (friegaplatos) en un restaurante indio a la espera de algo mejor, pero como mínimo tenía algo por dónde empezar. Mi suerte cambió al cabo de dos semanas con una oferta de trabajo en un restaurante español. Después de 10 meses de encargado decidí cambiar de aires y tampoco fue difícil encontrar otro trabajo en el mundo de la hostelería: se valora muy positivamente el trabajador español. Si se tiene iniciativa, un mínimo de nivel de inglés y uno sabe moverse no es difícil encontrar un trabajo.

¿Cuál es su ocupación actual?
— Soy bartender en Las Iguanas, una cadena de restaurantes de comida y bebida latina y estoy aprendiendo mucho sobre bebidas, cócteles y el trabajo detrás de una barra. Llevo ahí un mes, y después de un duro training ahora ya se me permite servir bebidas y hablar con los clientes, que es lo que más me interesa para mejorar mi nivel de inglés.

¿Cómo se las arregla con el inglés?
— El inglés ha sido siempre un idioma de referencia, desde pequeño en las escuelas hasta más tarde en la universidad siempre se tiene esa espina clavada de que no se ha aprendido lo suficiente, pero aquí se aprende por narices. Además, si a alguien le gusta viajar, necesita tener un mínimo de conocimiento de inglés, que es la lengua más conocida y con la que se comunica la gran mayoría de la gente. Yo intenté no dejarlo muy apartado y siempre he intentado leer o ver series, películas o documentales en inglés para seguir aprendiendo del idioma; aunque una vez estás aquí te das cuenta de que hay un montón de palabras y expresiones que sin una inmersión cultural no entenderías en su contexto. Me noto con más fluidez y coherencia, pero para conseguir encontrar un trabajo de lo mío aquí necesita dominar un abanico más extenso de vocabulario y registros.

¿Los planes de ser profesor cómo los lleva?
— La verdad es que desde que terminé la carrera intenté por todos los medios posibles encontrar un trabajo de profesor, fuese en Menorca, en las Islas Baleares o incluso en Cataluña. Después de 5 años repartiendo currículums y/o esperando una oportunidad en el mundo de la enseñanza, decidí que por qué no probarlo en Inglaterra. Sé que es tarea complicada y que no sólo es conseguir desenvolverte fluidamente con el idioma, sino que también es un sistema educativo muy diferente al español y que la adaptación no sería fácil. Además, me motivó la idea de volver a España con algo de experiencia como profesor en Inglaterra, creo que sería muy enriquecedor y creía que- con el TIL se me abrían más puertas. Ahora que todo está en el aire no sé cómo se valorará dentro de dos o tres años, aunque espero que esta experiencia pueda significar una vivencia muy enriquecedora para mi carrera. Sigo muy de cerca iniciativas como Menorca Edu21 o Illes per un Pacte que abogan por un consenso amplio para conseguir un pacto educativo muy necesario en nuestras islas.

¿Cómo es la vida en una ciudad como Exeter?
— La verdad es que aún hoy en día me sorprende esta ciudad. La denominaría una ciudad pequeña o un pueblo grande; está en un buen equilibrio para que no se te haga pequeña ni abrumadora. Como capital de comarca está muy bien comunicada con servicios de bus, tren y tiene hasta un aeropuerto con conexiones con Menorca, aunque sólo conecta en verano y los vuelos son muy caros, por lo que solemos volar desde Bristol, que se encuentra solo a un par de horas de Exeter. Una vez te acostumbras a la rutina del trabajo y los quehaceres de casa, la verdad es que no se diferencia mucho de vivir en un sitio o en otro.

¿Se sienten bien acogidos?
— Desde el principio no tuvimos ningún problema en adaptarnos. Cuando pasamos el primer mes y medio en una host family nos trataron muy bien y fueron encantadores animándonos siempre en nuestra adaptación al mundo inglés y siendo curiosos y comprensivos con nuestra cultura. El pueblo de Exeter la verdad es que en general son gente muy simpática y alegre, aunque he de reconocer que no es fácil conseguir amigos ingleses. Aunque también conoces a gente de otras partes del mundo y cómo no, españoles que también han saltado el charco en busca de trabajo y experiencias. Es con la gente que te sueles juntar y con la que siempre hay algo más en común, como la excusa de reunirse para ver un partido de fútbol o incluso para jugar alguna pachanga o para pasar un día de excursión visitando Devon y sus alrededores.

¿Ha sido fácil adaptarse? ¿Hay una comunidad española?
— Ningún cambio es fácil, y menos cuando más te alejas de la zona de confort; pero con Teresa nos hemos animado y apoyado mucho desde el principio para sacar las cosas adelante, y la verdad es que estamos muy satisfechos de haber pasado un año aquí. Siempre hay altibajos, pero tener a alguien a tu lado y rodearte de gente que te pueda ayudar siempre reconforta. Nosotros no tardamos mucho en conocer a gente española en Exeter, sobre todo ella que siendo enfermera en el hospital donde trabaja hay a montones.

Noticias relacionadas

Es uno de los promotores de What2 do in Menorca... Véndanos un poco qué se puede hacer en la ciudad en que vive actualmente.
— (Risas) ¡Menorca no tiene mucho que envidiar a Exeter! ¡Y en nuestra isla hay muchas más cosas que hacer! Yo simplemente soy un colaborador de esta gran iniciativa de Ivan Khanet y Benjamín Riquelme. Aporté mi granito de arena a un proyecto ahora ya consolidado porque me pareció una buena idea de promocionar la Isla y captar sus pequeños momentos y rincones de magia que a veces para el turista pueden pasar desapercibidos. He disfrutado mucho con ellos descubriendo lugares y viviendo experiencias inolvidables y espero poder seguir colaborando con el equipo con lo que pueda siempre que me necesiten. ¡En Exeter hay potencial para un What2do!, incluso comentamos con Benja cuando vino hace unos meses a hacernos una visita… pero no sería lo mismo. Hay buenos restaurantes, paseos por el parque, la orilla del río… y el mar tampoco se encuentra lejos.

¿Qué es lo que más le gusta del estilo de vida inglés?
— La educación, la puntualidad, la profesionalidad y el sentido del respeto. Por lo demás, son gente normal, como tú o yo, lo que pasa es que tienen sus costumbres. Suelen ser muy estrictos con sus tradiciones.

Y lo que menos...
— Aquí la moneda es fuerte y el sueldo también, pero los productos son caros; entonces a veces es difícil encontrar algo decente en el supermercado para cocinar: la calidad se paga. Tampoco me gusta el tiempo inglés, aunque aquí tampoco podemos quejarnos porque estamos más hacia el sur y no nos azota tanto el frío. Tampoco me gusta el té, de hecho no me gusta nada.

Supongo que aprovechará para promocionar la Isla por allí también…
— Siempre que contesto a la pregunta de dónde provengo me miran con cara de incredulidad preguntándome «¿Y qué has venido a hacer aquí viniendo de ese paraíso?». Muchos ingleses conocen las Baleares y sobre todo Menorca por su historia pasada con este país y son muy curiosos a la hora de conocer anécdotas y lugares que visitar. Por supuesto que si me preguntan les animo a conocer más de Menorca dándoles la dirección de Youtube para que se guíen con las listas de reproducción que tenemos en nuestro canal.

¿Qué es lo que más echa de menos de la Isla?
— Todo. Desde el mar a una puesta de sol, desde jugar con mis perros a un buen plato de oliaigua amb figues de mi madre, desde quedar con los amigos para dar una vuelta a ir a buscar setas o espárragos con mi padre; así como ir a jugar un partido de pádel o ir de acampada a la playa o ir a pescar... Son muchas cosas, por supuesto que cuando podemos hacemos un Skype con nuestras familias y nos ponemos al día y xafardejam.

¿Tiene oportunidad de regresar a casa a menudo? ¿Le veremos por aquí por Navidad?
— Por lo que a mí respecta hay una fecha sagrada que me la reservo desde el primer día, que es Sant Joan; al igual que una semana o dos en julio o agosto por mi cumpleaños. Pero no creo que vaya por navidades este año; lo más pronto posible sería Semana Santa, o el Easter como le llaman aquí. Ya es el segundo año seguido que me pierdo ir a pescar raors o anar d'esclatassangs, pero es lo que hay, cómo mínimo espero que me guarden algún tupper congelado.

¿Qué planes tiene a medio plazo?
— Pues la idea es seguir aprendiendo, ahorrar, disfrutar de esta experiencia en un país diferente durante una temporada de uno o dos años más hasta asimilar bien el idioma antes de volver. Aunque tenemos algún que otro plan de viaje después de esta temporada por aquí…

¿Le gustaría vivir en algún otro país o su futuro pasa por Menorca?
— No lo creo, aunque no puedo decir de esta agua no beberé. Por ahora tenemos las ideas bastante claras y el futuro a largo plazo es Menorca. Aquí están nuestras raíces, nuestra gente y nuestros sueños; no podemos desligarnos de nuestra identidad. Además, nos sentimos demasiado menorquines como para no volver. Esperemos que al volver, nuestra Roqueta nos acoja con el mismo amor que le tenemos. El futuro aún está por escribir, y esperamos construir este futuro en Menorca.