La iniciativa se ha presentado este jueves en es Mercadal. | Josep Bagur Gomila

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«Solos podemos avanzar rápido pero juntos llegaremos mucho más lejos». Para el gerente de la Cooperativa San Crispín, Antoni Aguiló, ésta es la filosofía que marca el acuerdo rubricado con Sa Cooperativa del Camp hace un año y que está dando sus frutos. Las dos cooperativas han aunado esfuerzos para hacer llegar el producto local a los usuarios y consumidores con un doble objetivo, por un lado, que los productores y, por tanto, socios de Sa Cooperativa del Camp, puedan vivir dignamente de la tierra a partir de unos precios adecuados y, por otro, que el consumidor y usuario tenga a disposición un producto de calidad y con garantías locales.

El gerente de la Cooperativa San Crispín, Antoni Aguiló, y el presidente de Sa Cooperativa del Camp, Carlos Taltavull, coincidían en apuntar ayer, en una rueda de prensa celebrada en la finca mercadalense de Binillobet, en la importancia de este reto marcado para «contrarrestar la avalancha de productos que vienen de fuera».

Las cifras de este primer año de alianza hablan por sí solas. Tal como resalta Aguiló, las distintas tiendas San Crispín, así como su tienda online, han logrado comercializar 18 toneladas de carne de Menorca en un año. La primera apuesta fue la ternera, con unas ventas que alcanzaron las siete toneladas. A esta comercialización, hay que sumar otras seis toneladas de pollo. Posteriormente, introdujeron el cerdo y el cordero con unas ventas de media tonelada de cada especie. Pero a todo ello, hay que añadir el embutido que San Crispín comercializa baja marca propia con unas cifras que ascienden a los 700 kilos. Respecto a las bandejas de producto envasado la comercialización ha llegado a las 8.000 bandejas.

La gerente de Sa Cooperativa del Camp, Antònia Bosch, indica que tras la fusión de cooperativas y la alianza con Sa Crispín, «apostamos firmemente por la comercialización del producto local». Por su parte, el director comercial, Bartolomé Mercadal, destaca que «el primer aliado que necesitamos es el consumidor menorquín», y añade que «cuando vas al exterior te repiten que Menorca tiene una gran realidad que no sabemos ver». Por eso, «hay que reafirmar la actitud y el patrimonio gastronómico».