El sector recurre a la automatización del servicio para aligerar costes ante la caída de las ventas. | Gemma Andreu

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La mitad de las estaciones de servicio de Menorca contarán este año con sistemas de pago automático 24 horas. A las dos que ya lo utilizan en Es Mercadal y Sant Lluís se sumarán en 2014 otras cuatro gasolineras que, según ha podido saber este diario, recurrirán al servicio desatendido para combatir la prolongada caída de las ventas, que ya acumulan un descenso cercano al 30 por ciento en los últimos años y que amenaza con obligar a cerrar puntos de recarga de combustible.

Todavía no hay fecha para su puesta en marcha, pero fuentes del sector confirman que las dos estaciones de servicio Cepsa de Mitjan Lloc y la del aeropuerto instalarán el sistema durante este año. A esas tres le seguirá una tercera, también en Maó, con lo que seis de las trece estaciones contarán con un sistema que, por un lado, aumentará las horas de atención y pondrá remedio a las dificultades que los usuarios se encuentran a la hora de recargar por la noche; aunque, por otro, permitirá a los empresarios reducir costes mediante la eliminación de turnos, sobre todo en invierno.

Es la salida que entienden más adecuada para mantenerlos negocios abiertos después de muchos años funcionando en el «umbral de rendimiento», según explicó Manuel Cuello, presidente de la Asociación de Gasolineras de Menorca. Su estación de servicio lleva ofreciendo esta forma de pago desde hace 25 años. Tras el descanso del consumo no solo está la pérdida de actividad económica y del consumo familiar por la crisis, sino también una escalada de precios, alimentada desde la administración central y autonómica con subidas de impuestos.


Sin cambios

El sector está a las puertas de la entrada en vigor de cambios legislativos que, no obstante, desde Menorca no esperan que suponga grandes revoluciones. A partir del 15 de julio de 2014 se pondrá en marcha la liberalización de tarifas, de tal modo que las compañías petroleras ya no podrán fijar los precios de venta del producto y serán los propietarios de las gasolineras los que lo hagan.

Cuello entendió que el cambio, que «no tendrá mayor trascendencia» y en ningún caso supondrá una caída de precios significativa: «Al final los que marcan el precio seguirán siendo las compañías a las que les compramos el combustible y no hay mucho margen, teniendo en cuenta además que se trata de un producto con mucha carga impositiva».

La implantación de sistemas de recarga automática 24 horas abre la posibilidad de que, ante las dificultades de supervivencia que encuentran las estaciones de servicio de la Isla, se lleguen a suprimir también turnos diurnos permitiendo mantener el servicio, aunque desatendido, y reducir unos costes que, sobre todo en los meses de invierno, no permiten una mínima rentabilidad.