La depuradora se inauguró en febrero de 2007, pero nunca ha funcionado - Gemma Andreu

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Una de las asignaturas pendientes de Menorca es la gestión del agua. Parte de los acuíferos de la Isla están contaminados por nitratos o presentan índices de salinidad que superan las recomendaciones sanitarias.

Además, son varios los núcleos de población que aún no están conectados a ninguna depuradora, y que funcionan a través de fosas sépticas con riesgo de contaminar de nitratos el suelo y posteriormente el acuífero.

Esta situación requiere actuaciones importantes, algunas de ellas incluidas en elPlan Hidrológico del Govern balear. Sin embargo, hay proyectos ya ejecutados que han supuesto un importante desembolso de dinero público que a pesar de estar acabados nunca se han utilizado, y para los cuales no hay fecha de puesta en funcionamiento.

Binidalí

Una de ellas es la depuradora de Binidalí, en Maó. Se inauguró hace siete años, tras una inversión de 2,5 millones de euros, pero tras cortar la cinta inaugural y hacerse las fotos de rigor, la instalación nunca se puso en marcha. Faltaba un emisor que permitiera evacuar el agua depurada. A día de hoy, este problema no está solucionado, y no hay ni fecha ni dinero para esta actuación.

Así lo admite el director general de Recursos Hídricos delGovern balear, Salvador Padrosa, quien explica que«conocemos el problema, pero su solución llegará cuando exista presupuesto suficiente, algo que no sucederá a corto plazo».

Padrosa asegura que desde su departamento se han considerado más urgentes otras actuaciones, a pesar de que incluso desde el Ayuntamiento de Maó han insistido en la necesidad de poner en marcha cuanto antes la depuradora de Binidalí.

Comunidades de regantes

Otra situación parecida es la de la comunidad de regantes de la depuradora Ciutadella Sur. Tras una inversión de 6 millones de euros, las instalaciones que debían permitir que el agua depurada se utilizara para el riego de fincas agrícolas siguen sin estrenar a pesar de estar acabadas desde hace más de dos años.

La solución que propone en este caso el director general de Recursos Hídricos pasa por la puesta en marcha de otra infraestructura hidráulica ya terminada y que tampoco se ha estrenado:la planta desaladora.

La instalación planificada por Jaume Matas no ha desalado ni una gota de agua hasta ahora, y no hay fecha para que lo haga. Falta conectar la planta con los depósitos municipales de Ciutadella y, más a largo plazo, con el resto de municipios de la Isla.

El Ministerio de Medio Ambiente busca la fórmula para costear estas obras, pero sigue sin existir un calendario para activar la instalación.

Cuando esto suceda, la comunidad de regantes de Ciutadella podrá ponerse en marcha, según Salvador Padrosa. Su teoría se basa en los índices de salinidad o cloruros del agua que sale de la depuradora Ciutadella Sur. El caudal no es apto para el riego al ser demasiado salado.

«Las depuradoras no quitan la sal de las aguas residuales, solamente eliminan los restos fecales. En este sentido, Ciutadella Sur funciona perfectamente y realiza correctamente el proceso de depuración», explica el director general de Recursos Hídricos.

En base a esta explicación, la apuesta de Padrosa es conseguir que el agua que llega a la depuradora tenga unos índices de salinidad más bajos. Ysegún su teoría, esto se conseguirá cuando se ponga en marcha la desaladora. Entiende el director general de Recursos Hídricos que cuando los hogares de Ciutadella consuman agua desalada, los niveles de sal serán menores que actualmente, y eso permitirá reducir la presencia de cloruros en la depuradora y, consecuentemente, en el caudal que salga de la instalación y que deba utilizarse para el riego.

Esta teoría contrasta con las explicaciones que en su día ofreció UPCM basándose en los expedientes tanto de la comunidad de regantes como de la desaladora. Así, por un lado se especifica que solo se podrá utilizar el agua depurada para riego cuando el nivel de cloruros sea inferior a 300 miligramos por litro.

Por otro lado, el expediente de la desaladora asegura que el agua que sale de la planta puede llegar a contener 400 miligramos de sal, es decir, por encima del máximo permitido para el riego.

Sea como sea, Padrosa admite que no hay fecha para poner en marcha la desaladora, a pesar de que abre la puerta a que la instalación se arranque a medio gas solamente para abastecer Ciutadella cuando el Ministerio haya construido las conducciones.

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