Los aficionados se han acostumbrado en Menorca a sacar provecho del habitual viento

Los aficionados se han acostumbrado en Menorca a sacar provecho del habitual viento

Rubén P. Atienza20/11/13 0:00
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El aeromodelismo es actualmente una actividad poco conocida en la Isla, pero después del próximo fin de semana a buen seguro que contará con algún aficionado más. Y ello puede que sea posible gracias a la celebración de una exposición entre el 22 y el 24 de noviembre en la sala multifuncional del Canal Salat. Explica el presidente del Club Aeromodelisme Ciutadella, Marcos Torres, que precisamente ese es el objetivo que persiguen, el de promocionar una práctica que algunos definen como un hobby pero que otros consideran un deporte. Hacía tiempo que la entidad pensaba en organizar una muestra, y finalmente lo han conseguido gracias a la colaboración del Ayuntamiento de Ciutadella.

En la exposición se podrán ver 65 aeromodelos de diferentes tipos y para todos los gustos. Desde los ejemplares más sencillos hasta otros con cinco metros de envergadura y un peso de casi 20 kilos. Explica Torres que se trata de una afición que no resulta cara, ya que se pueden comprar kits completos por tan solo 250 euros. No obstante, reconoce que algunos rondan los 6.000 euros. Eso sí, advierte que es un hobby en el que conviene iniciarse siempre de la mano de gente que conoce el medio, y en ese sentido señala que la asociación está abierta a hacer de guía.

El aeromodelismo se practica en la Isla desde los años 50, pero no fue hasta finales de los 70 cuando se fundó la primera asociación en Ciutadella. Tras unos años de inactividad, la entidad resurgió en 1993 y actualmente cuenta con 25 socios. Explica Torres que habitualmente practican en su sede, unos terrenos en Son Morell, pero lamenta que por el momento las instalaciones no cuentan con las condiciones necesarias para realizar exhibiciones abiertas al público.

En lo que se refiere a la Isla, Torres sostiene que por culpa de los habituales vientos no es el lugar idóneo al cien por cien para hacer volar estos aviones. No obstante, los menorquines se han especializado en una modalidad, que se denomina ladera, y que consiste en aprovechar las ráfagas de viento para realizar vuelos sin motor.