¿Por qué una granadina acaba residiendo en Menorca?
Llevo en la Isla desde el año 1969. Lo cierto es que mi hermano había hecho el servicio militar en Menorca y en ese año vinimos con él a pasar un mes de vacaciones. Y las vacaciones se han vuelto eternas, porque aquí nos hemos quedado.
¿Y cómo surge la oportunidad de trabajar en el Teatre Principal de Maó?
La verdad es que me llamaron para ir a hacer unas horas y al final me he quedado ya en jornada completa. Todo en la Isla me ha ocurrido de una forma similar. Vengo para poco y al final me quedo.
¿Y cuando empezó a trabajar ya conocía el coliseo?
Sí, había venido varias veces de público a ver actuaciones y funciones. Lo conocía, pero la verdad que solo había estado en el teatro, la parte que visitas cuando vas a una actuación.
¿Y qué impresión se llevó la primera vez que entró a trabajar en todo el recinto?
Sentí un poco de miedo. Pensé que aquello era muy grande para mí que estaba sola. Sobre todo en la parte trasera del escenario. La verdad es que ahora ya estoy acostumbrada.
¿Qué le impactó del teatro de ópera más antiguo de España?
Yo de nombres no sé mucho, pero la verdad es que toda la zona que hay detrás del escenario es muy impresionante. Muchas personas, como yo misma antes de empezar a trabajar aquí, desconocen que existe.
Y además ha tenido la oportunidad de conocer a mucha gente que ha actuado en este teatro, ¿verdad?
Siempre hay gente por aquí. Yo voy trabajando y durante todo el día hay gente nueva que va y viene. Cuando vengo a trabajar siempre suelo preguntarme a quién me encontraré, quién habrá ensayando en el escenario.
Por tanto, para usted es un trabajo muy entretenido.
Para mí sí, es muy entretenido, porque hay muchísimo ambiente.
¿Y algún personaje que le haya impactado de forma especial?
Sí, Pablo Alborán. No actuaba en el Teatre Principal pero tuvo la delicadeza de pasar por aquí para saludar al personal. A mí me gusta mucho y cuando le vi en persona me impresionó muchísimo. También destacaría a Sergio Dalma. De verlo por la televisión a tenerlo delante, en persona, es muy diferente. Todos tienen su lado cercano.
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