La utilización de edificios públicos para la instalación de placas fotovoltaicas de generación de energía es en la Isla un campo con más potencial que realidad. El Consell ha dado un paso hacia adelante en este sentido con la convocatoria de un concurso para la colocación de paneles en la sede de la Plaza de la Biosfera de Maó, que permitirán reducir en un 20 por ciento, aproximadamente, la factura de la luz. El triple objetivo es ahorrar dinero, reducir los niveles de contaminación, y dar ejemplo al ciudadano, a las empresas y a otras administraciones públicas.
El proyecto se licita por un importe de salida de 132.228 euros. El ahorro previsto en la factura de la luz se sitúa sobre los 18.400 euros anuales, por lo que el periodo de amortización se sitúa entre los siete y los ocho años. La vida útil de la instalación va mucho más allá, hasta los 25 años. Este precio de salida incluye desde la redacción del proyecto hasta el mantenimiento por un periodo mínimo de cuatro años, además de la habilitación de cuatro puntos de recarga para vehículos eléctricos en el aparcamiento subterráneo de la sede del Consell. La atmósfera agradecerá la ejecución del proyecto, ya que dejará de recibir unas 78 toneladas equivalentes de dióxido de carbono al año. Las placas deberán entrar en funcionamiento en un plazo máximo de tres meses a partir de la aprobación definitiva del proyecto.
Rafael Muñoz, ingeniero técnico industrial del Consorcio de Residuos Urbanos y Energía de Menorca, ha trabajado activamente en el proyecto- Al mismo tiempo es miembro destacado del colectivo Som Energia, que promueve el empleo de alternativas sostenibles a la producción eléctrica mediante combustibles fósiles. Muñoz explica que una de las novedades del proyecto es haber optado por la fórmula del autoconsumo, en lugar de la venta de la electricidad producida a la red.
La fórmula del autoconsumo viene regulada por el Real Decreto 1699/2011, que establece que la energía producida por las instalaciones de generación eléctrica inferiores a los 100 Kw podrá ser empleada por la propia red del usuario. El sistema proyectado por el Consell se queda en los 50 Kw, y se ha optado por el autoconsumo por los elevados precios de la electricidad en el mercado en la franja diurna, así como su tendencia al alza.
Además, favorece este modelo el hecho de que la máxima actividad del Consell, y por tanto el mayor porcentaje de consumo, se produzca en horario diurno.
La potencia de las placas solares se ha establecido en función del mínimo consumo de la sede del Consell de la Plaza de la Biosfera, con el objetivo de evitar muchos excedentes, "porque no compensa", dice Muñoz. Y es que los precios de venta de estos excedentes al mercado eléctrico son bajos. Además, quedan pendientes de regular cuestiones como el denominado "balance neto", por el que se compensaría el excedente de un momento determinado vertido a la red con una parte del consumo posterior cuando el excedente no existe.
Más casos
Explica Muñoz que por el autoconsumo ha optado también el Ayuntamiento de Ferreries para la instalación fotovoltaica situada en el tejado del CP Castell de Santa Àgueda, un proyecto ejecutado a través del Plan E que tropezó en trámites burocráticos y no se pudo inscribir como productor de venta de electricidad a la red, como se había concebido en un principio. La potencia de esta instalación ronda los 20 Kw, como la que se dispone en las placas situadas sobre un edificio público del Ayuntamiento de Ciutadella, en régimen de venta a la red.
Dos depuradoras, en Ciutadella y Cala en Porter, también cuentan con placas fotovoltaicas cuya producción se vierte a la red, aunque de menor tamaño, de unos 5 Kw cada una, según comenta Rafael Muñoz.
Un balance claramente mejorable, a tenor del gran parque de edificios que son titularidad de la administración pública y del carácter ejemplarizante que deben tener todas sus maneras de obrar.
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