El pleno del Ayuntamiento de Maó formalizó y escenificó ayer la irrupción de Simón Gornés como verdadero hombre fuerte del equipo de gobierno municipal. El exconseller se hace prácticamente omnipresente, lo que no pasó desapercibido para la oposición que, aunque siempre matizó que no quería criticar las decisiones legítimamente adoptadas desde la Alcaldía, se mostró crítica con todo este movimiento de nombres y cargos.
Gornés estará en la Junta de Portavoces, en detrimento de Salvador Botella, al que también arrebata la condición de primer teniente de alcalde. Gornés accede a la Junta de Gobierno Local, ocupando la silla que le cede Francisco Pons, que al perder estas dietas se ve indemnizado con un 40 por ciento de dedicación. Y Gornés pasa de una a cinco plazas en las comisiones informativas (todas). Todos estos cambios, combinados con otros recientes (redistribución del área de Comercio, adiós de Manuel Yebra...), dan como resultado un coste añadido nulo o residual, según ha venido manteniendo el equipo de gobierno,.
Gornés pasa de no cobrar ni un euro del Ayuntamiento de Maó a "cobrar todas las dietas posibles", según el portavoz del PSOE, Vicenç Tur. Esta fue solo una de las balas lanzadas en esa especie de campeonato de dignidad en que se convirtió el debate sobre estas modificaciones, así como buena parte del resto del pleno. A Tur, Gornés le echó en cara que también cobre unas buenas dietas del Consistorio a pesar de tener un buen sueldo del Parlament, como asesor de su compañera de partido Joana Barceló a media jornada.
Tur habló de una auténtica "crisis de gobierno" impuesta por los cambios en el Govern, "parece imposible que haya tantos cambios cuando cuentan con mayoría absoluta". Cuatro desde que arrancó el mandato popular. "Solo dos concejales no han sufrido ningún cambio". Tur condimentó su intervención señalando que Gornés había logrado en Palma uno de sus objetivos, consumar el cambio de topónimo.
La alcaldesa Águeda Reynés recordó al líder de la oposición que el PSOE llegó incluso a cambiar de alcalde. El PP hizo bandera de las renuncias a dietas de algunos de sus concejales. Tur dijo que altruismo, poco, que si Sanz y Gornés renunciaron aquí fue para cobrar más en otro sitio... Y se lió, aunque siempre, decían al iniciar los turnos de palabra, sin ánimo de criticar ni polemizar.
El pleno de ayer tuvo muchos instantes de intercambio de reproches entre PP y PSOE, sobre su manera de hacer, si hablan más o menos en las comisiones informativas, sus deudas, la participación, apareció el Palma Arena, la herencia recibida, acusaciones de despotismo, incluso Aznar. Cualquier pretexto es bueno para una buena discusión. Así ocurrió con el barrio de Andrea Doria.
El PSOE presentó una moción para que se active la rehabilitación del barrio. Vicenç Tur acusó al PP de acudir a Andrea Doria con frecuencia en campaña electoral, con paellas incluidas, prometiendo mejoras e inversiones que luego no han llegado.
Tur topó con Analía Noval, quien le recriminó el repentino interés por Andrea Doria cuando durante su mandato recibió más bien poco dinero. "No jueguen con Andrea Doria, que es lo que están haciendo ahora. Hay que predicar con el ejemplo". La concejala de Urbanismo aseguró que el equipo de gobierno trata de atender a todos los barrios en la medida de lo posible.
Para cerrar el pleno Reynés agradeció la labor de Botella como mano derecha. La reforma quedó así consumada.
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