Un informe del Cercle d'Economia de Mallorca basado en la opinión de 180 expertos en diversos ámbitos otorga un contundente suspenso a la calidad de la democracia en Balears. El estudio asigna una puntuación media de 3,3 sobre 10 a la mayoría de los aspectos analizados.
El sistema "arcaico y endogámico" de partidos y la gestión del gobierno son los peor valorados. Los partidos se han convertido, según el informe, en uno de los principales actores a quienes se atribuye las culpas y responsabilidades de la actual situación. A todo ello se suma la "escasa calidad de los políticos".
El estudio revela que la ciudadanía exige cada vez más una mejor selección de los candidatos, así como la primacía de la meritocracia frente al enchufismo y que los partidos corten de raíz cualquier sospecha de ineficacia o corrupción, respuestas y soluciones que ahora no se dan con la diligencia reclamada.
Algunos de estos problemas son atribuidos en el informe a la propia ley electoral, el sistema cerrado de listas "que permite colar políticos de muy baja calidad", un número excesivamente alto de diputados (casi 120 entre autónomos e insulares), además de un sistema de retribuciones múltiples que permite a algunos políticos sin apenas formación, mérito o experiencia, conseguir sueldos muy por encima de su nivel.
"Sabemos que hay directores generales y responsables de empresas públicas que apenas tienen formación y sin preparación, y que en cambio manejan grandes cantidades de dinero", señalan desde el Cercle.
Esta entidad concluye que el sistema político español es muy endogámico, basado en "barones", viejos líderes que dirigen los procesos de selección de los nuevos candidatos.
"Alguien debe proclamar que el gobierno tiene que estar en manos de los mejores, de los más cualificados y nosotros lo hacemos con este informe", inciden desde la entidad que preside Alexandre Forcades.
Insatisfacción
El estudio ha valorado seis dimensiones (identidad y cohesión, derechos y libertades, partidos y sistema electoral, instituciones sociedad civil y buen gobierno), divididas en cincuenta ítems (integración de inmigrantes, confianza en los consells y ayuntamientos, solidaridad, pensiones, Justicia...).
Todas ellas, -salvo algunos ítems- suspenden. Y es que todas se perciben como insatisfactorias. Los 180 expertos elegidos por su representatividad social e influencia en determinados sectores garantiza, según el Cercle, "una elevada significación estadística y sociológica" del estudio.
"Nos hemos puesto en cuestión todo. Alguien debía abrir el melón y lo hemos hecho, de la misma forma que otras entidades en Europa. Esto es democracia de verdad", enfatizan desde el Cercle.
"Las instituciones suman ya 30 años de vida, nos hemos acomodado, somos poco críticos y con la falta de control y la autocrítica se abre paso la corrupción y la devaluación de esas instituciones", añaden al tiempo que denuncian la falta de organización de la sociedad civil balear a diferencia de otras comunidades. "En las Islas existen importantes plataformas ecologistas, pero no hay grandes organizaciones sectoriales", remarcan.
Así, la coordinación general entre todas las instituciones; la cooperación, pacto y consenso entre los diferentes partidos; y la transparencia y ejemplaridad de los partidos son las tres dimensiones peor valoradas (0,9; 1,1 y 1,2, respectivamente).
En cambio, los apartados de garantías de control y transparencia en los procesos electorales; la confianza en los cuerpos de policía y fuerzas de seguridad; y los derechos de asociación, manifestación y expresión alcanzan la valoración de satisfactorios (6,4; 6,3 y 6,2).
El informe revela también un sentimiento de carencia respecto a las garantías jurídicas y una falta de igualdad en justicia fiscal. En este sentido, fuentes del Cercle avanzan que el próximo informe de la entidad analizará con mayor profundidad el ámbito judicial.
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