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Autoficha

Me llamo Raquel Borrego Nicolás, tengo 29 años y nací en Vilanova i la Geltrú, Barcelona. Vivo desde el 2009 con Joan Martínez Lluís, que es de Alaior, y tiene 27 años. Nos casaremos este invierno. Hemos cogido la gerencia del Café Baixamar. Cuando tengo tiempo libre, que ahora no es muy habitual, me gusta leer, escuchar música, nadar, pasear a nuestro perro, y recorrer el Camí de Cavalls.

Vino de vacaciones en julio de 2009 y en septiembre ya estaba viviendo aquí. ¿Cómo pasó eso?
Vine con una amiga tras escoger Menorca al azar. Tras las primeras 24 horas en la Isla ya le dije a mi amiga que iba a acabar viviendo aquí. Conocí a mi novio, Joan, porque él nos consiguió un coche. Las vacaciones fueron tan perfectas que me tatué una lagartija menorquina para que no se me olvidaran aquellos días que pasé. En septiembre volví para quedarme.

En Barcelona trabajaba de animadora turística y de camarera en un bar. ¿Cómo fue lo de encontrar trabajo en Menorca?
Llegué cuando terminaba la temporada y estuve un tiempo de entrenadora de baloncesto en Alaior. Joan trabajaba de electricista y fontanero. Así fuimos tirando hasta que ambos empezamos a trabajar en hostelería durante estos veranos. Es una profesión que me gusta, aunque queme un montón. De hecho, mi sueño sería tener un pequeño restaurante en una casa de campo.

Eso aún no lo han conseguido pero sí que han cogido el Café Baixamar.
Era algo que teníamos en mente desde hace tiempo, ocuparnos de nuestro propio establecimiento. Habíamos visto alguna cosa pero no nos convencía. Un día nos enseñaron el Baixamar y nos gustó. Yo lo había visto pero nunca había entrado. Pedían unas condiciones asequibles, así que tiramos adelante. Nuestras familias nos han ayudado mucho en todos los sentidos.

Abrirán todo el año. ¿Se plantean realizar alguna actividad?
Nuestra idea es hacer cenas frías, con ensaladas, "torrades", tablas de embutidos, además de los desayunos. Hemos bajado mucho los precios. Hemos pensado usar la parte de arriba también para celebraciones y no descartamos hacer "vermuts electrónicos", con música en la terraza. Acabamos de empezar y no nos ha dado tiempo pero estamos en ello.

¿Cuáles son sus planes de futuro?
Queríamos ir a Nueva Zelanda de viaje de novios pero lo hemos tenido que posponer por el bar. Ya cerramos para la boda y no podemos alargarlo tanto. Mi ilusión también sería poder comprarme una casa de campo o una casa con un ventana al mar, para darme un chapuzón. Me encantan estas aguas, de hecho, nos casaremos en "s'Olla" de Binissafúller.