Hospital. Se han dado casos de médicos que han atendido a los pacientes con fiebre o con muletas - Gemma Andreu

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El termómetro marca 39 grados y en tan sólo una hora debe presentarse en su lugar de trabajo. Duda si quedarse en la cama pero rechaza la idea porque significaría perder parte de su salario, a pesar de presentar una baja por enfermedad. Es médico y, en esta ocasión, atenderá a sus pacientes también enfermo. Esta situación se repite con frecuencia en el Hospital Mateu Orfila de Maó -y probablemente en el resto de centros sanitarios de Balears- desde que se aprobó la Ley de Presupuestos de la Comunidad Autónoma que invalidó el artículo 14.2 del acuerdo de acción social en cuanto al complemento en situación de baja por enfermedad común o accidente no laboral.

Desde entonces, los trabajadores de los hospitales y centros de salud públicos no cobran los tres primeros días de baja, lo que supone una reducción salarial que puede alcanzar los 300 euros, según denunció ayer el delegado en Menorca del Sindicato Médico, Claudio Triay, quien subraya que se han dado casos de médicos y enfermeras que han acudido a trabajar con fiebre, con un corte en la mano e incluso con muletas. "Entre los recortes de sueldo y de plantilla, llega un momento en que no puedes permitirte ni ponerte de baja", denuncia el facultativo.

Gracias a la presión sindical se consiguió suavizar la medida con la introducción de diversas excepciones que, no obstante, los profesionales sanitarios consideran poco claras e insuficientes. De esta madera, los trabajadores del IB-Salut que presenten bajas maternales o accidentes laborales no están afectados y tampoco se reducirá el salario a los médicos y enfermeras que padezcan enfermedades infecciosas o neurológicas graves, patologías cancerígenas, intervenciones quirúrgicas que requieran hospitalización o problemas psicológicos.

Desde la sede del IB-Salut de Palma se encargan de determinar si una baja laboral se enmarca en alguna de estas excepciones. En estos casos, se debe enviar una solicitud de complemento por incapacidad temporal junto con una fotocopia de la baja y el informe médico a la isla vecina, donde se resuelve cada caso.

Por el contrario, si un funcionario de la sanidad pública padece una enfermedad común está obligado a presentarse en su lugar de trabajo si no quiere dejar de cobrar los tres primeros días de baja. A partir del tercer día percibirá un 60 por ciento de las retribuciones básicas y 21 días después un 75 por ciento, explica el delegado en Menorca del Sindicato de Enfermería, Melchor García.

Absentismo
Uno de los principales motivos aducidos por el Govern a la hora de aplicar la suspensión de la prestación por incapacidad temporal fue el alto índice de absentismo laboral detectado en el ámbito sanitario, una explicación que no ha convencido a los sindicatos y ha levantado protestas a nivel interno en el Hospital Mateu Orfila y en el resto de centros de salud de la Isla. "Se nos ha tachado directamente de defraudadores", lamenta García, quien denuncia el "carácter discriminatorio" de esta medida, que afecta únicamente a los trabajadores del IB-Salut.

Por su parte, Triay califica de "injusto" este recorte ya que, según afirma, el colectivo médico se ha caracterizado siempre por solicitar bajas por enfermedad muy puntuales y en situaciones de absoluta necesidad. "Cuando estamos de baja, los médicos dejamos de percibir las retribuciones por guardias, que pueden suponer un 50 por ciento de nuestro salario global. De este modo, nos castigan doblemente", se queja el delegado en la Isla del Sindicato Médico.

Triay ve con buenos ojos que se persiga el absentismo laboral pero considera que "estamos pagando justos por pecadores". En este punto, propone que se lleven a cabo inspecciones y que se aplique esta medida en los casos en que se detecten un elevado número de bajas anuales.

Calidad del servicio
Tanto el Sindicato Médico como el de Enfermería señalan que la modificación incluida en la Ley de Presupuestos de la Comunidad Autónoma va en detrimento de la calidad del servicio a los pacientes. "Que un profesional sanitario no acuda a trabajar en condiciones óptimas es un riesgo para los usuarios, que normalmente presentan una capacidad inmunológica disminuida", apunta Melchor García. Del mismo modo opina Claudio Triay, quien remarca que el hecho de que algunos facultativos trabajen en condiciones precarias y se conviertan en posibles transmisores de enfermedades infecciosas supone un factor de riesgo añadido para los pacientes. Además, el delegado del Sindicato Médico alega que el personal sanitario está más expuesto a perder su salud debido a su función. "Visitamos a un importante número de enfermos y estamos en primera línea", aduce.

Por el momento, esta medida se prolongará durante este año y, aunque desde el Sindicato de Enfermería confían en que la próxima Ley de Presupuestos de la Comunidad Autónoma excluya este recorte, el representante del colectivo de médicos pone en duda que el Govern acepte volver atrás el año próximo. "No nos resignamos pero nos sentimos injustamente indiscriminados" , concluye Triay.