El coche oficial del Consell, un Volvo de color negro, permanecía ayer estacionado en el aparcamiento subterráneo de la sede de la administración insular de Maó. El vehículo se ha visto relegado a un segundo plano en favor de la tan mentada austeridad. El presidente, Santiago Tadeo, se comprometió durante su discurso de investidura como candidato del PP en el acto de constitución de la nueva corporación a eliminar todo el gasto "innecesario y superfluo" de la institución. Entre las medidas de ahorro, destacó especialmente la de no utilizar el coche oficial lo que, según asegura el jefe del ejecutivo insular, está cumpliendo a rajatabla.
"Creo que no se trata tan sólo de un tema de austeridad sino también de una cuestión de imagen", afirma Tadeo, quien pretende "dar ejemplo" con esta decisión. De este modo, el presidente acude diariamente a trabajar en su vehículo particular y, según matiza, los gastos de gasolina corren de su cargo. De la misma manera, no hace uso del coche oficial para trasladarse a otras administraciones. En estos casos, avisa antes de salir de la sede del Consell para que le permitan aparcar en una de las plazas destinadas a la Policía Local o Nacional con el fin de evitar perder tiempo buscando una plaza de aparcamiento. Es la única concesión que se permite, según indica. "En Menorca las distancias son muy cortas y el coche oficial no es necesario", añade.
Sin embargo, el equipo de gobierno pone a disposición del presidente del Govern, José Ramón Bauzá, o de los consellers autonómicos el vehículo del Consell cuando éstos visitan la Isla. A pesar de todo, Tadeo puntualiza que en numerosas ocasiones ellos mismos han rechazado el ofrecimiento y han optado por alquilar un automóvil o desplazarse en los coches particulares de los consellers o el presidente insular.
La política de Marc Pons
La política del anterior presidente del Consell, Marc Pons, en relación al uso del coche oficial era algo menos estricta. El exjefe del ejecutivo insular subraya que utilizaba el automóvil del Consell para desplazarse durante aquellas jornadas en que su agenda era más apretada de lo habitual. Asimismo, reconoce que empleaba el vehículo para trasladarse a Ciutadella o a visitar el Ayuntamiento de Maó, donde aparcar resulta dificultoso.
En esta línea, indica que aprovechaba estos trayectos para continuar trabajando, firmando documentos o para realizar gestiones a través del móvil.
Pons garantiza que el vehículo no era empleado por el resto de consellers insulares y, del mismo modo, remarca que utilizaba su coche particular para trasladarse desde su casa en Es Mercadal hasta la sede del Consell diariamente. "Habitualmente me movía con mi propio automóvil aunque, en casos concretos, hacía uso del coche oficial para poder optimizar el tiempo y poder realizar el mayor número de gestiones en una misma mañana", admite el expresidente, quien critica el uso que otros jefes del ejecutivo insular hicieron en el pasado del vehículo del Consell. En esta línea se refiere en concreto al popular Joan Huguet, a quien acusa de utilizar el coche oficial para asistir a cenas con amigos y, según señala Pons, presumía de ello ante sus compañeros.
El anterior equipo de gobierno de la institución insular también cedía el vehículo oficial a los ministros del Gobierno central que realizaban visitas oficiales a Menorca, así como al expresidente del Govern, Francesc Antich, o a los consellers autonómicos. "Sería un disparate que cada vez que un representante del Ejecutivo central o autonómico viajara a la Isla tuviera que alquilar un coche para desplazarse si el Consell podía poner a su disposición un automóvil", concluye Pons.
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