La procesión de los Tres Tocs recupera la marcha real sin que partidarios ni detractores se hagan oír. | José Manuel Allés

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El fin de la Menorca musulmana y la incorporación de la Isla a la Cristiandad y a la Corona de Aragón por el hecho de armas de 1287 fue conmemorado ayer con solemnidad y masiva asistencia popular en los tradicionales cívico-religiosos que durante siglos ha conservado Ciutadella.

La misa solemne en la Catedral, presidida por el obispo de la diócesis, Salvador Giménez, que predicó el ‘sermó de la Conquesta'; la procesión ‘dels Tres Tocs', y el mercado popular en la plaza de Sant Antoni son los tres elementos principales de la fiesta.

Tanto la Crònica menorquina, de Pere Miquel Carbonell, como los historiadores Joan Ramis y Cosme Parpal recogen los hechos de la conquista de la balear menor, conmemorada cada año el 17 de enero, día en el que las tropas del rey Alfonso III libraron la batalla decisiva contra los musulmanes.

Las autoridades se habían citado a las 10,30 en el Ajuntament para desplazarse, en comitiva, hacia el templo principal de la diócesis. El alcalde José María de Sintas dio la bienvenida al nuevo delegado del Gobierno en Balears, José María Rodríguez, en su primera visita oficial a Menorca tras haber tomado posesión.

También recibió el primer edil al presidente del Consell, Santiago Tadeo, los consellers de la corporación insular; diputados autonómicos; el conseller de Administracions Públiques, Simón Gornés, que ostentó la representación del Govern balear; alcaldes y representantes del resto de los ayuntamientos de la Isla, y autoridades militares. Tres de los concejales iban ataviados como jinetes con frac, pantalones largos y guindola: Jaume Florit, Auxiliadora Pons y Pedro Gener.

Son los ediles que participaron montados a caballo en la procesión que dio comienzo después de la Eucaristía. Al concejal de más edad, Jaume Florit, le correspondió llevar el estandarte de la antigua Universitat General de Menorca i Particular de Ciutadella, mientras que Juana Mari Pons Torres, como munícipe más joven del consistorio, tuvo el honor de dar los ‘tres tocs' sobre la baldosa con la ‘tau' en la plaza de Alfonso III, en torno a la que se había congregado una multitud expectante.

La procesión, con la imagen del patrón de Menorca, el clero diocesano y el obispo Salvador, los maceros y guardias municipales de gala, concluyó en la Catedral, donde se cantó el Te Deum en acción de gracias.

Posteriormente, las autoridades acudieron al Geriátrico Municipal donde saludaron a los residentes y degustaron el tradicional ‘brou de Sant Antoni'.

Indiferencia ante la interpretación del himno nacional

La recuperación del himno nacional en los actos de la fiesta de Sant Antoni ayer pasó prácticamente desapercibida. Se interpretó en tres ocasiones: a la salida de la imagen del patrón de Menorca en la plaza de la Catedral, después de los ‘tres tocs' en la plaza de Alfonso III, y al regresar la imagen del santo eremita al templo catedralicio. Se escucharon unos tímidos aplausos y algunos silbidos, pero en conjunto no tuvo incidencia.