Emocionada. Águeda Reynés agradeció a su equipo y a su familia el apoyo recibido en la campaña - Gemma Andreu

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Largas noches electorales cargadas de decepción se tornaron anoche en gritos de alegría en la sede del PP de Maó, a medida que se iba conociendo el recuento de votos que convirtió a Águeda Reynés en alcaldesa con una rotunda mayoría absoluta de trece concejales frente a los ocho conseguidos por el PSOE.

Momentos antes de producirse la comparecencia pública de Reynés y del presidente de la junta local del PP de Maó, Simón Gornés, un Vicenç Tur abatido pero sacando fuerzas de flaqueza se dirigía a los medios y a los militantes de su partido, en la sede socialista del Cós de Gràcia, para asumir la derrota y pedir "mil disculpas" a los votantes "que han seguido confiando, por no haber respondido a sus expectativas".

Después de veintiocho años de hegemonía socialista el municipio de Maó se despierta hoy con un gobierno incontestable del Partido Popular y un único grupo en la oposición, el PSOE, ya que las fuerzas minoritarias fueron barridas de la Corporación en las urnas. Un escenario que resultaba inverosímil aún cuando fue certeramente anunciado por la encuesta que Infortécnica elaboró para el diario "Menorca" y que ayer levantó la euforia, y también las lágrimas, esta vez de alegría, en la calle Sant Jordi de Maó. La tristeza, en esta ocasión, se instaló en el cuartel general del PSOE, donde Tur compareció acompañado únicamente de sus compañeros Antoni Ferrer, Josep Buñuel y Susana Gomila.

Euforia y lágrimas tras un pugna de años
"Hem guanyat a Maó" exclamó ayer una Águeda Reynés exultante ante afiliados y simpatizantes del PP, algunos de ellos sin poder contener la emoción. Resumía así en una frase el anhelo que tenían los 'populares' de gobernar la ciudad que siempre se les había resistido y que ayer les puso el gobierno en sus manos para los próximos cuatro años. La victoria en Maó supo a gloria, aunque las caras de satisfacción se habían instalado en la sede del PP ya desde el inicio del escrutinio, ya que cada recuento indicaba que el vuelco estaba más cerca. Como ejemplo el colegio electoral de Sant Climent, que ofreció una abultada diferencia de 451 votos para el PP frente a los 194 cosechados para el PSOE.

Reynés, que recibió la llamada de enhorabuena de Vicenç Tur en cuanto se conocieron los resultados, afirmó que tanto el PP como los ciudadanos de Maó "nos merecemos" el cambio.

El presidente de la junta local, Simón Gornés, con la voz entrecortada y lágrimas en los ojos, reconoció que "nunca hubiera pensado que diría que el PP de Maó ha ganado las elecciones". "Ha sido un trabajo largo y muy duro, batallando con adversarios potentes, pero hemos hecho una campaña directa, hacia la gente, escuchando al ciudadano, y al final, nos ha dado su voto de confianza, prometo que no les defraudaremos", aseguró Gornés, quien tuvo que interrumpir su discurso, visiblemente emocionado.

El dirigente 'popular' señaló a Águeda Reynés como "el catalizador de este gran triunfo" y, desde luego, el grito de "Ague, Ague, Ague" fue uno de los más coreados de la noche electoral.