Candidatos. Acudieron todas las fuerzas políticas excepto el PDC de Soledad Sánchez - Paco Sturla

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Diez minutos antes de las 20 horas ya no había una sola silla libre en la sala Jeroni Marqués del Cercle Artístic para presenciar el debate de los candidatos a la alcaldía en Ciutadella, en el que participaron todos excepto la cabeza de lista del Partit Democràtic de Ciutadella, Soledad Sánchez, que pese a haber confirmado su asistencia no hizo acto de presencia. Aproximadamente unas 250 personas –muy pocos jóvenes– asistieron a la cita para escuchar a los cabezas de cada candidatura hablar de las prioridades de su partido, un guión del que solo se salió el número uno de Izquierda Unida, Iñaki Silveira, quien prefirió leer durante su primer turno de intervención un manifiesto de protesta contra la decisión de la Junta Electoral de prohibir las concentraciones del 15-M.

Turismo y cruceros
Dos de los temas que más tiempo ocuparon a los políticos fueron el turismo y las posibilidades del nuevo dique para potenciar el sector. El candidato popular, José Maria de Sintas propuso la creación de un Comité de Rutas para potenciar la infraestructura, la socialista Pilar Carbonero avanzó que su partido ya está haciendo contactos para traer cruceros y Joan Triay (UPCM) recordó la necesidad ya pactada de adaptar el dique para cruceros de grandes dimensiones. En la misma línea se movió Antònia Benejam, quien arrancó los primeros aplausos de la noche al afirmar que "no fue un brazo de consenso, sino impuesto". Joana Gomila (PSM), que en su intervención se refirió al dique como herramienta para el tráfico comercial, finalmente se pronunció sobre el turismo de cruceros, tras ser preguntada por el moderador del debate, Josep Bagur, para responder con un "ni si, ni no" y añadir que hay que poner en la balanza los costes y beneficios, ya que "los cruceros no son el producto y hay que hacer muchas mejoras".

Por su parte, Silveira dejó patente su oposición al calificar la infraestructura "como un gran daño ecológico que tendrá consecuencias" y preguntó qué va a pasar con los 20.000 metros cuadrados de terrenos al lado del nuevo puerto.

El resto del debate se repartió entre la ordenanza de ocupación de la vía pública, la situación económica del Ayuntamiento, la crisis y la ampliación del polígono. En ese sentido, la única novedad fue la que avanzó Pilar Carbonero, quien calcula que la primera nave que se levantará en el B-9 tardará al menos dos años y medio.

Así se cerró una hora y media bastante monótona, algo a lo que ayudó que bastantes candidatos leyeran sus intervenciones. Pero en el tramo final, la cosa se animó, justo coincidiendo con la apertura del turno de preguntas. Y es que las aportaciones más positivas al debate fueron las del público, que colocó en aprietos a algunos, como a Antònia Benejam, quien no supo contestar de forma convincente cómo iba a hacer posible la propuesta estrella de UM, vuelos a 20 euros.

Fue otra mujer quien puso el dedo en la llaga después de que en la mesa se hablara de austeridad y preguntara cuánto habían costado las campañas electorales, una cuestión a la que sólo quiso responder Joan Triay: "7.000 euros aportados por los afiliados".

El líder de UPCM gozó de cierto protagonismo en la recta final cuándo otro asistente se interesó por saber con quién estaría dispuesto a pactar. "Con quien nos dé más garantías de cumplir nuestro programa", respondió Triay . A la misma pregunta, Carbonero priorizó "formar un gobierno de izquierdas" y De Sintas concluyo que solo piensa "en ganar". En definitiva, la campaña se cerró en Ciutadella con pocas novedades por parte de los políticos y un público que parece tener muchas preguntas.