Maó. Las estadísticas reflejan una caída en picado de la competitividad del puerto de Maó tanto en número de cruceros como de turistas - Archivo

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El puerto de Maó ha perdido en los últimos tres años casi la mitad de los turistas de cruceros que recalan en su histórico muelle. De los 103.574 que arribaron a la rada en 2008, este año apenas superarán los 63.000, y las previsiones para el próximo año son aún peores. Según datos de Autoridad Portuaria de Balears (APB), las escalas de cruceros descenderán en el puerto mahonés en 2011 un 26 por ciento. Está previsto que atraquen en su rada sólo 68 cruceros frente a los 93 de este mismo año, en el que los datos han sido ya de por sí igualmente negativos, con un descenso del 17,6 por ciento respecto a 2009.

Las estadísticas reflejan una caída en picado de la competitividad del puerto Maó, tanto en número de cruceristas como de escalas al quedarse descolgado de las rutas turísticas de los grandes cruceros por falta de infraestructuras adecuadas. Este pastel se lo reparten en Balears los puertos de Palma y de Eivissa, que el año próximo verán de nuevo aumentar el número de escalas. Si a Maó sólo llegarán 68 cruceros, en Eivissa recalarán 126, un 24 por ciento más que este año, donde ya crecieron otro 9,7 por ciento. En la rada palmesana atracarán 516 cruceros, prácticamente el mismo número que este año, en el que el puerto ha visto aumentar el número de escalas un 23,8 por ciento respecto a 2009. Menorca no compite en la franja de los superbuques de recreo. Mientras la media de visitantes por buque en la rada de Maó no supera los 800 pasajeros, en Eivissa y Palma la capacidad media de los barcos se acerca a los 2.300 pasajeros. Menorca apenas se lleva el tres por ciento del pasaje de cruceros de Balears, cuando hace quince años es porcentaje era del 20 por ciento.

Falta infraestructura
Buena parte de la comunidad portuaria mahonesa culpa a APB por no invertir en la mejora de las infraestructuras que posibiliten el atraque de grandes buques, lo que ha repercutido en una progresiva pérdida de ingresos en los comercios de la zona, restaurantes y transportistas. Esa misma comunidad portuaria asegura que desde APB se responsabiliza del descenso de cruceristas a los empresarios isleños por no saber vender Menorca como destino turístico atractivo para el turista de crucero.

En el transcurso de la reunión del Consejo de Navegación y Puerto de Maó mantenida este lunes en la sede de Autoridad Portuaria, se puso de manifiesto esta pérdida de competitividad que se agravará aún más con la entrada en funcionamiento del nuevo puerto de Ciutadella. El presidente de APB, Francesc Triay, da por hecho de que el tráfico comercial disminuirá en el puerto de Maó y que la rada deberá reconducir su principal fuente de recursos. Deberá luchar por fomentar y mejorar la oferta de actividades náuticas, además de aprovechar la remodelación y modernización del futuro varadero para convertirse en un punto de referencia en el campo de la reparación y mantenimiento de embarcaciones en el Mediterráneo. Asimismo, a tenor de sus limitaciones naturales, los empresarios del puerto deberán enfocar su oferta hacia cruceros de una determinada eslora.