"A veces vienen turistas que piden candados o cremalleras"

Cómo surgió lo de trabajar en una farmacia?
Yo antes trabajaba en el bar del Aeropuerto pero hice un paréntesis y realicé un curso que ofrecía el Ayuntamiento para personas que estaban paradas. Hice el de farmacia porque me interesaba bastante y me presenté a los exámenes, y los aprobé. Estuve un par de años sin trabajar hasta que me enteré de que abrían una farmacia en el Aeropuerto.

¿Cuál es la parte que más le gusta de su trabajo?
Me gusta el trato con la gente y ayudarles a solucionar el problema que tengan. También me gusta saber para qué sirve cada medicamento. La verdad es que, de momento, no encuentro parte negativa a mi trabajo. Me gusta y creo que eso es lo importante.

¿Qué es lo que más suele vender en la farmacia?
De todo, desde cremas a medicinas variadas o artículos de primera necesidad. Se piden bastantes pastillas para gente que tiene miedo a volar o las clásicas biodraminas.

¿Es cierto que los ciudadanos se automedican tanto como se dice?
Sí, es cierto. Llegan diciendo que un amigo se lo ha recomendado pero es importante saber qué lleva y para qué es cada medicamento. No se pueden tomar así como así, el médico debe supervisar o recetar. Hay mucho lío con los antibióticos porque hay quien se los toma para un simple resfriado y no les hace ningún efecto.

¿Alguna anécdota o algún personaje famoso que haya pasado por la farmacia?
Ha venido bastante gente famosa lo que pasa es que soy despistada y a veces no me entero pero sí, he visto a Carlos Moyá y su novia, a Raúl del Madrid y a otros tantos personajes. En cuanto a anécdotas, es curioso pero me he acabado acostumbrando a que muchos turistas extranjeros vengan pidiendo candados y cremalleras. Debe ser porque las farmacias de algunos países son tipo droguería y venden más cosas y no sólo medicinas.

¿Le gustaría seguir trabajando en la farmacia o realizar más cursos?
Lo de estudiar me gusta pero no tengo tiempo. Me conformo con mi situación actual, ya que estoy muy bien.