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Un responsable de la Dirección General de Aviación Civil se encontraba ayer en el Real Aeroclub de Mahón y técnicos de Madrid se han desplazado también a la Isla para investigar las causas del accidente de la avioneta que costó la vida a dos personas. Así lo afirmó el presidente del aeroclub, José Luis Barrero, que atendió a los periodistas una vez concluido el atestado del accidente, bajo competencia de la Policía Nacional, en las oficinas de la entidad. Las conclusiones de la investigación de Aviación Civil podrían no conocerse hasta dentro de dos meses.

Barrero señaló que este tipo de aviones no cuenta con ninguna caja negra que registre las incidencias del vuelo, por lo que habrá que esperar a que los técnicos las determinen.

Atestado

Mañana lunes se practicará la autopsia a los cadáveres, cuyo levantamiento fue ordenado por la juez Clara Besa, del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número uno de Maó, alrededor de las tres menos cuarto de la tarde, casi dos horas después de producirse el accidente.

El atestado del accidente fue complicado, ya que al tratarse de ciudadanos extranjeros fue necesario contar con sus pasaportes, que se hallaban en su hotel de S'Algar. Mientras se procedía a cumplir el procedimiento, acudían al Aeroclub miembros del colectivo británico en Menorca, como el pastor anglicano Michael Bunce, y una representante del Consulado Honorario -Deborah Hellyer se hallaba ausente de la Isla-. El presidente del Consell, Marc Pons, y el alcalde de Maó, Vicenç Tur, también acudieron al Aeroclub al conocer el accidente, así como otros miembros del gobierno insular y del Ayuntamiento. Pons y Tur se desplazaron desde la cala de Es Canutells, donde en el momento del accidente tenía lugar el acto oficial de presentación de los trabajos de ordenación de los fondeos.

La identidad de los tripulantes fallecidos tardó en conocerse oficialmente, debido a los trámites para comunicar en primer lugar el suceso a los familiares en el Reino Unido.