Juan Ignacio Balada, visto por Zaca

TW
0

El plazo para que la Casa Real liquidara fiscalmente la herencia recibida del multimillonario de Ciutadella, Juan Ignacio Balada Llabrés, finalizó el pasado día 18, seis meses después del fallecimiento del empresario, quien testó a favor de los príncipes de Asturias y de los ocho nietos de los reyes. La Casa Real, según recogía ayer el diario digital elconfidencial.com, podría emitir en los próximos días un comunicado en el que se confirme oficialmente la aceptación de la herencia por parte de don Felipe y doña Letizia, aunque ya el pasado enero, cuando los príncipes realizaban su primera visita a los Emiratos Árabes, anunciaron que aceptarían el legado de Balada y que destinarían su parte a fines sociales y de interés general. Sin embargo, este diario no pudo obtener ayer, en contacto con la Casa Real, una confirmación de que los príncipes hayan liquidado la herencia, con el correspondiente pago del Impuesto sobre Transmisiones, o por el contrario se haya solicitado una prórroga del plazo.

El propio Juan Ignacio Balada determinó en sus últimas voluntades que su herencia, valorada en unos 30 millones de euros, se repartiera entre los príncipes y los nietos de los reyes, en una proporción del 60 y el 40 respectivamente, aunque la parte de don Felipe y doña Letizia debía servir para crear una fundación de índole social.

Una fundación joven
En marzo de 2009 se creó la Fundació Príncep de Girona, con el objetivo de vincular la Corona a Catalunya y con la Cámara de Comercio, la Caixa Girona, la Fundació Gala-Dalí y la Caixa como promotores. Junto con la Fundación Príncipe de Asturias es una de las entidades, con fines sociales y ya existentes, que podría hacerse cargo de los fondos provenientes de la herencia del millonario menorquín, aunque también existe la posibilidad de que se cree una tercera fundación.

El "Diari de Girona" publicaba en su edición de ayer una noticia relacionada con la entidad y las reuniones celebradas por la Comisión Delegada y el Consejo Asesor de la Fundació, bajo la presidencia del príncipe Felipe y con la asistencia de doña Letizia. La reunión se celebró en el Palacio Real de El Pardo, y durante la misma se trató sobre el impulso a diferentes proyectos de tipo empresarial, social, científico, académico, cultura y deportivo. Pero de dicha reunión no ha trascendido que la Fundació Príncep de Girona pueda ingresar una inyección de dinero procedente de la herencia de Baladda. El finado también dispuso en su testamento que, de no aceptar la Casa Real la herencia, ésta se destinaría el Estado israelí.

Un importante beneficiario de la herencia será el Govern balear, ya que la cuantía de la herencia y el hecho de que no exista parentesco con los herederos obliga a pagar la máxima tributación.