pleno. Los consellers podrían ver reducidas sus retribuciones en sintonía con el plan de ajuste que prepara el Ejecutivo de Zapatero - Javier

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Entre la aprobación y la expectativa. Así se valora la noticia de la remodelación que se propone para el Consell, por mucho que desde la institución insular se matice que la información aparecida en los medios refleja "una posibilidad plausible que no pasa de ahí", en palabras de Damià Borràs. "La decisión no está tomada, sino que hay diferentes posibilidades, mantener la estructura o repensarla introduciendo cambios o reducciones, quizás la aparecida en los medios, aunque hay más alternativas", aseguró un críptico vicepresidente, en nombre del equipo de gobierno.

La aparente inconcreción no oculta, sin embargo, la convicción entre los responsables del Consell de la necesidad de adoptar medidas. "Estamos pendientes del decreto que se aprobará el viernes pero sería muy difícil de explicar que hiciéramos algo diferente de lo que pida el Gobierno. Todos hemos de ser corresponsables de la situación que vive la sociedad", reconocía Borràs. En este sentido, el conseller no descartó recortes con independencia de que el decreto estatal de libertad a las diferentes administraciones en la forma de aplicarlo.

Esta convicción es plenamente compartida por la oposición en el Consell. "Vale más algo que nada", afirmó Juana Francis Pons Vila, antes de recordar que "en octubre de 2009 pedimos que quitara dos consellerias y doce directores insulares, con lo que el Consell hace la mitad de lo que le pedimos. La portavoz del Grupo Popular en la institución insular no se privó de recriminar al presidente Marc Pons que se plantease adoptar estas medidas "no por responsabilidad política, porque se lo haya dicho el PP, los medios y la sociedad en encuestas y cartas al director, sino por obediencia debida". Pons Vila fue más allá de las formas y en su análisis del fondo no dudó en calificar la propuesta aparecida en los medios de "insuficiente" - "si no hay bajada de sueldos no bastará", remarcó- y de "lavado de cara".

En este sentido, la 'popular' argumentó que Bartomeu Febrer había dimitido, que Raül Escandell era "un político amortizado a la vista de lo que sucedió con Subuteo o las ayudas más que cuestionables que ha otorgado"; que Capó se había marchado tras quedar embarazada, mientras que el director de Cooperación Local lo había hecho por desavenencias con Susana Gomila. "Vender esto como un gran recorte, no es de recibo", apostilló Pons Vila.