De Salort, este viernes en Ciutadella | Kika Triay

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Recibió en la noche del lunes con «gran sorpresa, satisfacción y alegría» la noticia de su nombramiento como caixer senyor de las fiestas de Sant Joan para el bienio 2016-2017. Una decisión que había sido aprobada por unanimidad por la Junta de Caixers Senyors, quienes le comunicaron su designación.

Conversamos con Lorenzo de Salort y de Salort (Ciutadella, 1957) en la casa señorial de la primera rama de Can Salort, situada en la confluencia de las calles San Antonio y santa Clara. El último caixer senyor que salió de esta casa fue Lorenzo de Salort y Martorell (1877-1950), que presidió las fiestas de Ciutadella durante el bienio 1892-1893 a la edad de quince años. Contrajo matrimonio con Carolina de Olives y de Olives, hermana del conde de Torre Saura. Fueron los abuelos paternos del caixer senyor del próximo bienio.

¿Qué significa haber sido elegido caixer senyor?
—Un honor, dado que me corresponderá representar a la familia de Salort en Sant Joan; al mismo tiempo una gran responsabilidad para la correcta organización y el cumplimiento de los protocolos; y como ciutadellenc, la oportunidad de vivir de forma muy activa e intensa todos los actos y momentos de Sant Joan.

¿Qué actos destacaría?
— Las fiestas de Ciutadella son únicas, y se deben valorar en su conjunto. Hay muchos elementos y contrastes, desde el recogimiento y la oración en el oficio de Sant Joan de Missa, al que he acudido en numerosas ocasiones, y la Missa des Caixers; la fuerza del Caragol des Born; la espectacularidad de los Joc des Pla... Por cierto, en una ocasión, hace años, casi logré recoger un trozo de carota, pero no lo conseguí por muy poco.

¿Cómo valora la aprobación del Plan de Autoprotección y las medidas de este año'
— Excelente. Durante las fiestas hay momentos de riesgo y es preciso establecer un dispositivo eficaz, bien coordinado, cuya misión principal es la prevención. Las fiestas de este año han sido un ejemplo de buena organización, sin accidentes, gracias a la implicación y la colaboración de muchas personas. Mi sincera enhorabuena al Ayuntamiento, a los voluntarios de Sant Joan -que han realizado un trabajo extraordinario-, Cruz Roja y a todos los que han intervenido.

¿Saldrá en todos los actos o bien delegará en alguno?
— He decidido que el matí de Sant Joan desempeñe las funciones de caixer senyor, en mi representación, mi primo Gabriel de Salort Sintes, quien ha aceptado con mucha ilusión esta oportunidad, y también quiero agradecer su magnífico apoyo así como el que he recibido de su hermano Carlos, conde de Torre Saura.

Todo un año por delante para prepararse como jinete...
— Efectivamente, es muy importante la buena forma física y la compenetración con el caballo, pero desde la edad de siete años he montado, por lo que ahora me corresponde practicar.

¿Se siente arropado por la Junta de Caixers Senyors?
— Su entusiasta apoyo, al cien por cien, es fundamental. Todos ellos ya me han ofrecido su experiencia y consejo, lo que agradezco vivamente, así como haber sido nombrado por unanimidad. Mantengo una cordial relación con todos ellos, son mis amigos. Me siento muy arropado, lo que da mucha seguridad y tranquilidad; y cualquier duda que pueda surgir la iremos resolviendo con sentido común y la máxima voluntad de colaboración y entendimiento a favor de Sant Joan.

Ya ha mantenido el primer encuentro con la Junta de Caixers de su bienio, ¿cómo transcurrió?
— Muy bien, porque permitió fijar los criterios para actuar de forma cohesionada, con respeto y lealtad a la tradición y los protocolos, pero plenamente conscientes de que vamos a vivir las fiestas del 2016 y 2017, o sea, el Sant Joan del siglo XXI, con todo ello lo que significa, incluida la masificación en los actos, por la gran capacidad de convocatoria.

Por último, ¿cuáles son sus deseos como nuevo caixer senyor?
— Sant Joan tiene un origen religioso y una historia que Ciutadella ha sabido conservar y transmitir durante muchas generaciones. Los ciutadellencs, herederos de esta gran tradición, nos sentimos orgullosos de mantenerla y vivirla cada año porque constituye el corazón de Ciutadella.