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A dos semanas de las elecciones, el Partido Popular está a un paso de lograr la mayoría absoluta en Ciutadella. Desde que Juanjo Pons es candidato a la alcaldía, la intención de voto a su favor entre los electores se ha incrementado, desde la horquilla de ocho a diez concejales que le daba el sondeo de Infortécnica del pasado mes de noviembre a los diez consolidados ahora, que podrían ser 11, según pronostica la encuesta telefónica llevada a cabo entre el 30 de abril y el 5 de mayo.

El desgaste sufrido por la accidentada acción de gobierno, dimisión del exalcalde José María de Sintas incluida, no habría hecho mella así en las expectativas electorales del PP, que no solo confirmaría su liderazgo en Ciutadella sino que, también, tendría opciones de lograr su mejor resultado electoral desde los 12 concejales y más del 50 por ciento de los votos que hace veinte años dio la alcaldía y la mayoría absoluta a Gabriel Allès.

En caso de no alcanzar finalmente este objetivo, bastaría con recabar la abstención de UPCM en la sesión de investidura. El partido de Joan Triay seguiría creciendo, aunque de forma moderada. Según el estudio, tiene garantizado dos concejales y tendría opciones incluso de conseguir un tercer edil. Por contra, el PI de Joan Forcada, heredero del antiguo grupo centrista liderado por el exalcalde Pau Lluch, no sumaría los sufragios necesarios para obtener representación.

El otro dato relevante del sondeo es que el PSM se convierte en la opción hegemónica de la izquierda y, al lograr con la alcaldable Joana Gomila su mejor resultado de la historia (hasta un máximo de seis concejales), por vez primera supera al PSOE, que acentúa su caída de cuatro años atrás. La apuesta de renovación absoluta liderada por la joven concejal Noemí Camps fracasaría, hasta el punto de perder entre uno y dos concejales y dibujaría para los socialistas el peor escenario político desde las primeras elecciones democráticas, cuando en 1979 tan solo obtuvo un edil.

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El sondeo no es tampoco nada favorable para la agrupación de electores Gent x Ciutadella, que pagaría carísimo no haber hecho evidente ante el electorado la vinculación de la mayoría de sus miembros a Podemos.

En noviembre, meses antes de iniciar el proceso de estructuración del partido en Menorca y de conformar la agrupación electoral que comparte con Esquerra de Menorca, una eventual candidatura que se presentase con la marca Podemos aspiraba a recabar casi uno de cada cinco votos y a irrumpir Dalt la Sala con cuatro concejales. En cambio, medio año después, las cuentas no salen ni para conseguir representación en la nueva corporación municipal.

La marca blanca elegida al no poder utilizarse la original, Gent x Ciutadella, no es suficientemente conocida por los electores, que el día de los comicios pueden estar buscando de forma estéril el sobre de Podemos y acabar decantándose por otra opción.

Pese a ello, la abstención o el voto en blanco es aún la alternativa mayoritaria. Uno de cada cinco residentes en Ciutadella, el 20,6 por ciento, ya tiene decidido que o bien no irá a votar o hará un voto de protesta. Un amplísimo 42,9 por ciento aún no ha decidido el sentido de su voto.